Comenzando por la primera, diré que el alto nivel de endeudamiento de
los Estados es consecuencia, en gran medida, de las millonarias ayudas
públicas al sistema financiero otorgadas a escala mundial. Recordemos
que, en 2008, España creó el Fondo de Adquisición de Activos Financieros
para comprar a los bancos unos supuestos activos “no tóxicos”, por valor
de 50.000 millones de euros; que, en 2009, se aprobó la creación del
Fondo de Ordenación y Regulación Bancaria para sufragar, principalmente,
los costes de las actuales fusiones e intervenciones de las cajas de
ahorros, por un importe de 90.000 millones de euros y que,
adicionalmente, se han aprobado avales al sistema financiero por importe
de 334.800 millones de euros para garantizar sus operaciones financieras
(esto último no debe confundirse con el fondo de garantía de depósitos
para los ciudadanos). Todo ello se ha realizado con el beneplácito de la
Comisión Europea, el Banco Mundial, el FMI, el Banco de España y el
voto, casi unánime, del Parlamento español. En total, contando los
avales, se ha aprobado la posibilidad de otorgar ayudas públicas a este
sector por un importe de 474.800 millones de euros.
Lógicamente, el Tesoro Público no disponía de ese dinero para dárselo a
la banca. ¿De dónde ha salido entonces? Pues de la emisión de Deuda
Pública (letras del tesoro, bonos y obligaciones del Estado), que, en
definitiva, consiste en pedir dinero prestado, con el consiguiente
aumento de nuestro nivel de endeudamiento. Piénsese que, en los tres
últimos años, se ha incrementado la deuda española en circulación en
200.000 millones €.
los Estados es consecuencia, en gran medida, de las millonarias ayudas
públicas al sistema financiero otorgadas a escala mundial. Recordemos
que, en 2008, España creó el Fondo de Adquisición de Activos Financieros
para comprar a los bancos unos supuestos activos “no tóxicos”, por valor
de 50.000 millones de euros; que, en 2009, se aprobó la creación del
Fondo de Ordenación y Regulación Bancaria para sufragar, principalmente,
los costes de las actuales fusiones e intervenciones de las cajas de
ahorros, por un importe de 90.000 millones de euros y que,
adicionalmente, se han aprobado avales al sistema financiero por importe
de 334.800 millones de euros para garantizar sus operaciones financieras
(esto último no debe confundirse con el fondo de garantía de depósitos
para los ciudadanos). Todo ello se ha realizado con el beneplácito de la
Comisión Europea, el Banco Mundial, el FMI, el Banco de España y el
voto, casi unánime, del Parlamento español. En total, contando los
avales, se ha aprobado la posibilidad de otorgar ayudas públicas a este
sector por un importe de 474.800 millones de euros.
Lógicamente, el Tesoro Público no disponía de ese dinero para dárselo a
la banca. ¿De dónde ha salido entonces? Pues de la emisión de Deuda
Pública (letras del tesoro, bonos y obligaciones del Estado), que, en
definitiva, consiste en pedir dinero prestado, con el consiguiente
aumento de nuestro nivel de endeudamiento. Piénsese que, en los tres
últimos años, se ha incrementado la deuda española en circulación en
200.000 millones €.