Y, por último, cuando los Estados se encuentran en una
situación de debilidad, consecuencia del enorme esfuerzo que ha supuesto
dicha ayuda, aprovecha la situación para colocarlos al borde de la
quiebra y forzarlos a desmontar lo poco que queda del sistema de
bienestar, empobreciendo injustamente a millones de personas, con la
complicidad de las mismas instituciones no democráticas (Comisión
Europea, FMI, Banco Mundial y Banco de España) que permitieron aumentar
el déficit público en beneficio de la banca. Estos mercados, que tienen
nombres y apellidos, se están frotando las manos con el nuevo ámbito de
pastel que se abre con las privatizaciones (Loterías y Apuestas del
Estado; AENA; etc.) y las reformas estructurales (planes de pensiones
privados, agencias privadas de colocación, centros privados de sanidad y
educación, etc.).
Algunas soluciones a esta situación, más allá de acciones individuales
y testimoniales, como la colocaci? n de nuestro dinero en la banca ética,
pueden venir por varias vías: la lucha efectiva por la desaparición de
los paraísos fiscales; la aprobación de una regulación de los mercados
financieros que impida y obstaculice los ataques especulativos sobre
nuestras propias economías; el establecimiento de un impuesto que grave
las transacciones financieras, en el marco de un sistema tributario
justo; la creación de una banca pública que canalice el crédito a las
empresas y ciudadanos; la reforma de la ley electoral hacia un modelo
más proporcional y que dote de representatividad al voto en blanco; la
eliminación de los abusos bancarios en los préstamos hipotecarios
(cláusulas suelo, seguros leoninos sobre tipos de interés, cobro único
de primas de seguros obligatorios para varios años; exigencia de
múltiples productos financieros, etc.), además de la supresión de los
privilegios exorbitantes de la casta política, de forma que se les
aplique a ellos lo que aprueban a los demás (piénsese que un
parlamentario tiene una pensión máxima con 11 años y un día en el cargo
y podría jubilarse a los 60 años, mientras que la mayoría de los
trabajadores necesitará 37 años cotizados y se jubilará a las 67). Éstas
sí serían verdaderas decisiones “valientes” que podrían hacer cambiar
este “mundo al revés”, en el que la clase media-baja asalariada paga los
impuestos y los realmente ricos se llevan el dinero. En definitiva, se
trata de cambiar este sistema criminal que cada día mata a 80.000
personas y condena a más seres humanos a la miseria.
Miguel Ángel Luque Mateo
situación de debilidad, consecuencia del enorme esfuerzo que ha supuesto
dicha ayuda, aprovecha la situación para colocarlos al borde de la
quiebra y forzarlos a desmontar lo poco que queda del sistema de
bienestar, empobreciendo injustamente a millones de personas, con la
complicidad de las mismas instituciones no democráticas (Comisión
Europea, FMI, Banco Mundial y Banco de España) que permitieron aumentar
el déficit público en beneficio de la banca. Estos mercados, que tienen
nombres y apellidos, se están frotando las manos con el nuevo ámbito de
pastel que se abre con las privatizaciones (Loterías y Apuestas del
Estado; AENA; etc.) y las reformas estructurales (planes de pensiones
privados, agencias privadas de colocación, centros privados de sanidad y
educación, etc.).
Algunas soluciones a esta situación, más allá de acciones individuales
y testimoniales, como la colocaci? n de nuestro dinero en la banca ética,
pueden venir por varias vías: la lucha efectiva por la desaparición de
los paraísos fiscales; la aprobación de una regulación de los mercados
financieros que impida y obstaculice los ataques especulativos sobre
nuestras propias economías; el establecimiento de un impuesto que grave
las transacciones financieras, en el marco de un sistema tributario
justo; la creación de una banca pública que canalice el crédito a las
empresas y ciudadanos; la reforma de la ley electoral hacia un modelo
más proporcional y que dote de representatividad al voto en blanco; la
eliminación de los abusos bancarios en los préstamos hipotecarios
(cláusulas suelo, seguros leoninos sobre tipos de interés, cobro único
de primas de seguros obligatorios para varios años; exigencia de
múltiples productos financieros, etc.), además de la supresión de los
privilegios exorbitantes de la casta política, de forma que se les
aplique a ellos lo que aprueban a los demás (piénsese que un
parlamentario tiene una pensión máxima con 11 años y un día en el cargo
y podría jubilarse a los 60 años, mientras que la mayoría de los
trabajadores necesitará 37 años cotizados y se jubilará a las 67). Éstas
sí serían verdaderas decisiones “valientes” que podrían hacer cambiar
este “mundo al revés”, en el que la clase media-baja asalariada paga los
impuestos y los realmente ricos se llevan el dinero. En definitiva, se
trata de cambiar este sistema criminal que cada día mata a 80.000
personas y condena a más seres humanos a la miseria.
Miguel Ángel Luque Mateo
Amigo: cuanto señalas, es muy posible que algunos pasen de largo, sin lertan triste y graves verdades, que si no se cortan a tiempo, puede llevarnos a la tercera. No se si "los poderosos" son conscientes de ello. Si lo somos algunoas, ya perros viejos, que fueron descubrido a lo largo de su vida como el caciquismo toma dimensiones alarmantes.
Muy sabia exposición. Bien merece un gran reflexión.
Saludos.
Muy sabia exposición. Bien merece un gran reflexión.
Saludos.