QUERIENDO ESCALAR PUESTOS POLÍTICOS
Aquel joven venido de La Castilla Profunda, con las ideas claras, de poder escalar puestos en un partido político, llegó a Madrid en la época de la transición, de la Dictadura a la Democracia, y viniendo de una familia que seguían viviendo de la dictadura, intento conocer gente de su ámbito político, para poder escalar puestos como fuera posible, tenía una señora conocida de su familia, que le recibió en su casa, y le presento algún viejo conocido de su ambiente franquista. Ante muchos frenos para lograr su objetivo, se movió por la capital de España, incluso merendó, en la casa de un compañero de colegio, que estaba afincado en Madrid, y tenía relaciones con personas democráticas, y aunque no tenía sus ideas, le dieron fuerza para lograr sus objetivos, Paseo por diferentes lugares, estuvo presente en diferentes conferencias, casi todas de la ideología familiar suya, y un día comentando a la señora mayor que le tenía en su domicilio, manteniéndole, la comentó, soy como el moro Almanzor, que poco a poco fue subiendo peldaños en el Califato de Córdoba, viniendo de una familia noble musulmana, casi arruinada, como es la mía ahora mismo, y llegó a ser el terror de los cristianos, de aquella España, en la Reconquista. Quizá no aspire a tanto, pero ya he metido la cabeza en el partido que yo quería estar, y trataré de lograr aspirar algún alto cargo, donde pueda seguir el camino que mi padre empezó en aquellos años dudosos, de la guerra civil española. La señora le dijo, “aquí tienes tu casa, y no te preocupes por el dinero, yo tengo lo suficiente para vivir dignamente, en lo que me quede de vida”. Aquel joven con sus veinte y tantos años, se dio cuenta que estaba en el camino correcto, para seguir escalando posiciones, pero no todo fue un camino de rosas, las zancadillas y los tropezones le llevaron a pensar en decidir olvidar aquel tiempo, que le parecía un sueño familiar, que nunca llegaría a poder vivirlo en pleno. Aquella señora mayor falleció de un infarto en una revisión del hospital, y empezó su calvario, al ver que su economía, no era suficiente para llevar esa vida del quiero y no puedo, su familia le reclamaba algún dinero, y él no tenía apenas ingresos, para vivir y poder mandar a su casa de Castilla, y terminó volviendo a su domicilio de siempre, sin haber logrado su tan ansiado puesto, y de nuevo conocer la situación económica, de su padres, que poco después fallecieron, sin poder ver como sus hijos, fueron vendiendo las propiedades familiares, y viviendo de sus conyugues, que tenían propiedades heredades de sus familiares, y terminando económicamente mal. Pero sin hacer trabajo alguno. G X Cantalapiedra.
Aquel joven venido de La Castilla Profunda, con las ideas claras, de poder escalar puestos en un partido político, llegó a Madrid en la época de la transición, de la Dictadura a la Democracia, y viniendo de una familia que seguían viviendo de la dictadura, intento conocer gente de su ámbito político, para poder escalar puestos como fuera posible, tenía una señora conocida de su familia, que le recibió en su casa, y le presento algún viejo conocido de su ambiente franquista. Ante muchos frenos para lograr su objetivo, se movió por la capital de España, incluso merendó, en la casa de un compañero de colegio, que estaba afincado en Madrid, y tenía relaciones con personas democráticas, y aunque no tenía sus ideas, le dieron fuerza para lograr sus objetivos, Paseo por diferentes lugares, estuvo presente en diferentes conferencias, casi todas de la ideología familiar suya, y un día comentando a la señora mayor que le tenía en su domicilio, manteniéndole, la comentó, soy como el moro Almanzor, que poco a poco fue subiendo peldaños en el Califato de Córdoba, viniendo de una familia noble musulmana, casi arruinada, como es la mía ahora mismo, y llegó a ser el terror de los cristianos, de aquella España, en la Reconquista. Quizá no aspire a tanto, pero ya he metido la cabeza en el partido que yo quería estar, y trataré de lograr aspirar algún alto cargo, donde pueda seguir el camino que mi padre empezó en aquellos años dudosos, de la guerra civil española. La señora le dijo, “aquí tienes tu casa, y no te preocupes por el dinero, yo tengo lo suficiente para vivir dignamente, en lo que me quede de vida”. Aquel joven con sus veinte y tantos años, se dio cuenta que estaba en el camino correcto, para seguir escalando posiciones, pero no todo fue un camino de rosas, las zancadillas y los tropezones le llevaron a pensar en decidir olvidar aquel tiempo, que le parecía un sueño familiar, que nunca llegaría a poder vivirlo en pleno. Aquella señora mayor falleció de un infarto en una revisión del hospital, y empezó su calvario, al ver que su economía, no era suficiente para llevar esa vida del quiero y no puedo, su familia le reclamaba algún dinero, y él no tenía apenas ingresos, para vivir y poder mandar a su casa de Castilla, y terminó volviendo a su domicilio de siempre, sin haber logrado su tan ansiado puesto, y de nuevo conocer la situación económica, de su padres, que poco después fallecieron, sin poder ver como sus hijos, fueron vendiendo las propiedades familiares, y viviendo de sus conyugues, que tenían propiedades heredades de sus familiares, y terminando económicamente mal. Pero sin hacer trabajo alguno. G X Cantalapiedra.