De acuerdo, quien quiera privada que la pague, pero en mi opinión habría que estudiar los motivos de que alguien quiera privada, porque yo conozco barrios de ciudades donde es una calamidad la enseñanza pública o quizás peor la convivencia y muchos padres, mirando por el futuro de sus hijos, se ven obligados a llevarlos a la privada. En tal caso los impuestos de estos padres no deberían ser destinados a mantener la enseñanza pública.
saludos
saludos