, GRACIANO PALOMINO
Cada día me cae mejor la alcaldesa Carmena. Con su abriguito y su canesú de pequeña burguesa responde con magdalenas a las preguntas de los malvados periodistas que siempre andan intentando sacar de mentira verdad. ¡Malos, perversos, malos! Estos chicos de la prensa que se 'jartan' de comer magdalenas (gratis, 'of course').
Pero el amor vecinal no está reñido con los ojos abiertos y el sentido crítico. Me ha sorprendido saber que doña Manuela pagó 120.000 euros 'cash' a la intrépida y legendaria diputada comunista Cristina Almeida cuando adquirió su vivienda colindante. ¿120.000 euros 'cash', dice usted? Sí, sí, eso digo.
¡La leche! ¡Qué poderío! Pagar en 'cash' puede resultar sospechoso sobre todo entre las gentes de la 'casta', pero no significa que se trapichee con dinero negro ni irregular. Lejos de mí caer en esa tentación. Simplemente digo que es sorprendente como se lo parece también a los damnificados (despedidos) del despacho del señor marido de la señora alcaldesa. Pero es que en este país, todavía llamado España, siempre hubo muy mala leche
Cada día me cae mejor la alcaldesa Carmena. Con su abriguito y su canesú de pequeña burguesa responde con magdalenas a las preguntas de los malvados periodistas que siempre andan intentando sacar de mentira verdad. ¡Malos, perversos, malos! Estos chicos de la prensa que se 'jartan' de comer magdalenas (gratis, 'of course').
Pero el amor vecinal no está reñido con los ojos abiertos y el sentido crítico. Me ha sorprendido saber que doña Manuela pagó 120.000 euros 'cash' a la intrépida y legendaria diputada comunista Cristina Almeida cuando adquirió su vivienda colindante. ¿120.000 euros 'cash', dice usted? Sí, sí, eso digo.
¡La leche! ¡Qué poderío! Pagar en 'cash' puede resultar sospechoso sobre todo entre las gentes de la 'casta', pero no significa que se trapichee con dinero negro ni irregular. Lejos de mí caer en esa tentación. Simplemente digo que es sorprendente como se lo parece también a los damnificados (despedidos) del despacho del señor marido de la señora alcaldesa. Pero es que en este país, todavía llamado España, siempre hubo muy mala leche