Mariano Rajoy

Como ves amigo Sancho, ya empiezan a patalear y a morderse entre ellos, de lo cual me alegro
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EN EUROPA LO TIENEN MUY CLARO.

El semanario 'Der Spiegel' se suma a otros medios germanos que alertan del rápido desgaste del presidente español y de la descoordinación de su Gobierno

En Alemania decretan la “quiebra política” de España: el “rescate total” sería el final de Rajoy

No es la primera vez que un medio alemán alerta de la desconfianza que genera el Gobierno de Mariano Rajoy, y esta vez el prestigioso semario 'Der Spiegel' no se ha andado con paños calientes. Subraya que genera ... (ver texto completo)
Luego si la reconquista empieza por Europa, está claro que no va a empezar nunca por el Sur.
Y si llega el rescate total de España, será el final de Rajoy igual que antes fue el de Zapatero y el de Rubalcaba. Y nadie negará que el pastel aquí se lo comió en casi su totalidad el PSOE, y el resto sería del PP. que no solo no supo sino que a lo mejor es que no pudo, porque la situación ya era insalvable, hacer nada por salvar este país.
Lo que nos llevaria a un fracaso total de la política democrática ... (ver texto completo)
EN EUROPA LO TIENEN MUY CLARO.

El semanario 'Der Spiegel' se suma a otros medios germanos que alertan del rápido desgaste del presidente español y de la descoordinación de su Gobierno

En Alemania decretan la “quiebra política” de España: el “rescate total” sería el final de Rajoy

No es la primera vez que un medio alemán alerta de la desconfianza que genera el Gobierno de Mariano Rajoy, y esta vez el prestigioso semario 'Der Spiegel' no se ha andado con paños calientes. Subraya que genera ... (ver texto completo)
RELATOS DE DON LEANDRO (José María Izquierdo)

Ataca Soraya

Leandro recuerda hoy los despachos semanales en La Moncloa de los jefes del Gobierno con las vicepresidentas

Hola, presidente, buenos días, que vengo corriendo y así de alterada porque ya sabes que tengo muchas cosas que vicepresidir.

Ni se atrevió a contarle lo de la voz tronante, que debió darle vergüenza.
... (ver texto completo)
RELATOS DE DON LEANDRO (José María Izquierdo)

Hola, Mariano; soy Leandro
En la entrega de hoy el fantasma Leopoldo relata su primer encuentro con Rajoy en el Palacio de la Moncloa

Para esto de las apariciones hay que tomarse su tiempo. Porque ya he comprobado que ninguno de los presidentes le ha informado a su sucesor de mi existencia. No, si yo lo entiendo. Si se tienen la tirria que se tienen, a ver en qué momento se introduce en la charla del relevo, si es que la hay, eso de verás, Leopoldo, o verás Felipe, o verás Aznar —que no José María, ya lo expliqué— o verás José Luis, o verás Mariano, es que aquí, en La Moncloa, hay un fantasma que se llama Leandro y se nos aparece a los presidentes. Así que tengo que enfrentarme a cada uno de ellos a pecho descubierto, que ya se imaginan que es una manera de hablar, que ni puedo descubrirme esa zona ni, si a eso vamos, cualquiera otra de mi invisible anatomía. Así que primero observo y luego actúo.

Con Mariano me decidí por el método de las voces. Es una manera demasiado clásica de iniciar la relación entre un fantasma y un mortal, lo sé, pero es efectiva a la par que elegante. Busqué la ocasión con cuidado. Elegí justo el momento en el que abandonaba el despacho Cristóbal Montoro, el ministro de Hacienda, que aun siendo más bien escuchimizado, habla y gesticula como si fuera el coro entero de la Ópera de Viena ensayando el Carmina Burana. Rajoy, por cierto, entiende lo mismo de una cosa y de la otra: nada.

Así que consideré que ya había llegado la hora, que llevaba días con ganas de meter baza, que si uno no puede intervenir, ya me contarán para qué se es fantasma:

—No te fíes, presidente, que este tío nos lleva a la ruina.

Así, al pronto, ni se dio cuenta, porque debió creer que se oía a sí mismo, que ya llevaba él varias semanas dándole vueltas a la misma conclusión. Esto es un desastre, Cristóbal me mata, se decía por las escaleras y los largos pasillos.

Presidente, Aquí me tiene usted para servirle y ayudarle en lo que pueda para acabar con tanta sanguijuela"

—Y además te lía, presidente —volví a decirle—, que entre este y el Guindos, mientras se despedazan, te van a hundir en la miseria.

Ahí ya se quedó como pasmado, que no es que yo le viera así por primera vez, qué va, pero ya me di cuenta de que me había oído. Lo noté también porque hizo ese acto reflejo que hacen todos de girar la cabeza hacia atrás con un movimiento a derecha a izquierda, con precaución, para saber de dónde llegaban las voces. Ese día, que no hay que abusar, lo dejé ahí. Para que se fuera entrenando.

El ectoplasma de Aznar, que es como una mosca cojonera, me regañó airadamente de inmediato: más fuerte, Leandro, tenías que haberle entrado más fuerte. Que eres un tipo sin sangre y él es aún peor. Ni caso le hice, que le tengo comida la moral, y según se pone impertinente me acerco a él, le agarro del hombro y se queda hecho polvo, que tiene que mirar hacia arriba porque lo mismo le saco 20 centímetros. Le sienta fatal, que lo veo. ¿Has crecido un poco estos días, chiquitín?, le digo. Así que ceñudo como siempre, se zafa del abrazo y se va a una alfombra —será por alfombras, que para eso estamos en palacio— y se lía a hacer flexiones.

Esto de ir paso a paso en los comienzos lo aprendí a la primera. Cuando me presenté a Adolfo, que aunque solo por unos días, incluso por unas horas, quise mostrarle mi admiración. Una experiencia. Que aprender a palos te educa en la prudencia. Ilusionado como estaba por saludar a mi héroe, cual grupi adolescente, me puse enfrente de él el mismo 24 de febrero, que andaba el hombre recogiendo las carpetas. La mitad, vacías. Eso también. Nervioso, pero marcial en forma y fondo, le espeté:

—Presidente, se presenta el fantasma (recuerden que entonces no tenía nombre). Aquí me tiene usted para servirle y ayudarle en lo que pueda para acabar con tanta sanguijuela.

No les voy a decir que se quedó tal cual, no. Pero reaccionó como un rehilete:

— ¡Me c*** en todo lo c******, que el CESID me ha metido un espía, y tú vas ahora mismo a saber con quién te juegas los cuartos, que me sobran c****** para eso y para más, que para chulo yo, y para defenderme, mi primo!

Dicho lo cual, sacó del primer cajón a dicho familiar, un hermoso pistolón, y con gesto un punto teatral lo puso encima de la mesa. Reconozco que me dejó así como parado, que a ver cómo reaccionas ante tan contundentes razones.

—No, si a mí no me manda ningún militar, acerté a balbucir, anonadado ante sus palabras. Y ante la Browning, la verdad, que las armas las carga el diablo.
— ¡Peor!, se encaró Adolfo, levantándose del sillón presidencial. ¡Entonces!, gritó, ¡es aún peor: te mandan los democristianos! ¿Cuánto te paga Óscar Alzaga? Confiesa, truhán, confiesa. Esos santurrones meapilas, chupacirios, ratas de sacristía…

De lo que deduje que no confiaba mucho en los democristianos. Opté por la desaparición, que ya sé que es cosa de fantasmas cobardes, pero yo sí creo en eso de avances estratégicos sobre la retaguardia, máxime si enfrente tienes a un milhombres enfadado, que ya les conozco a los que son como él. Así que Adolfo y yo no empezamos con buen pie, pero poco a poco, buscando los intersticios de la complicidad, acabamos siendo buenos amigos en aquellas últimas horas de su presidencia sin nada que presidir. Todo lo amigos, es verdad, que pueden ser un presidente y su fantasma. Al final nos parecíamos mucho Adolfo y yo. ¡Estaba tan solo! Los dos acabamos siendo transparentes, inasibles y absolutamente prescindibles. Él me lo decía.

—Tú es que eres así, y ya estarás acostumbrado, pero a mí me jode que me traspasen por la zona del bajo vientre, como si no me vieran y no tuviera cuerpo, ¡Me c*** en tal y cual...!

… que le pongo yo un respeto a sus palabras, porque él se sabía perfectamente los nombres de a quiénes invocaba.

Les decía de Mariano. Aún estamos en esa fase de conocernos, que solo le he dejado verme en contadas ocasiones, que ya pueden decir conmigo que no es fácil charlar con él, que lo mismo —y perdonen el chiste consabido— sube que baja. Y es que está muy preocupado, que no le dan las horas del día para atender a tanto ministro y ni le dejan ver el Tour con comodidad ni nada.

Ayer, por ejemplo, vino el ministro de Defensa en plena etapa de los Alpes. Le vi la cara a Mariano, que yo también había bajado a ver a los esforzados de la ruta, y me temí lo peor.

— ¿Vamos a atacar a Rusia?, le preguntó a Morenés, que cada día está más estirado.

—No, presidente, claro que no. ¡Cómo se te ocurre!

— ¿Y algún otro país va a declararnos las hostilidades? ¿No? Pues entonces hemos acabado la reunión y decide tú lo que hayas venido a preguntarme, que a ver si te crees que se te ha hecho ministro para que me des el coñazo. ¡Media vuelta, ar!

Que eso sí tiene Mariano, que cuando está enfrascado en complejos asuntos de Estado no se le puede ni molestar.

Ya les cuento otro día cómo lo llevo con Soraya Sáenz de Santamaría, que es que con ella tengo delirio. Viene así, pizpireta y arrebolada, repasando los apuntes, y le pego unos sustos de muerte.

Me pongo al lado suyo en un pasillo y con voz tonante —a los fantasmas se nos da muy bien poner voz tonante— le suelto: “Soy Rubalcaba y vengo a robarte el alma para hacerme con ella un chalequito, que dado el tamaño no da para más”. Me encanta el gritito, y ver cómo suelta los papeles y se alborota de pies a cabeza. Bueno, la cabeza se le alborota menos, que me he apostado unos tejeringos con el ectoplasma de Felipe, que es un cachondo, a que consigo que se mueva en este semestre esa melena de hormigón que corona a la vicepresidenta y ya veo que lo tengo crudo.

¿Utilizará superglue?
Mañana, siguiente capítulo: Ataca Soraya.

Seguimos con la reconquista desde el SUR le pese a quien le pese. ... (ver texto completo)
RELATOS DE DON LEANDRO (José María Izquierdo) (1)

Seducido, llego a Palacio

Un trasgo divertido, entrañable y un punto insolente recorre las dependencias de palacio

Es Leandro, el fantasma de La Moncloa, principio y fin de esta serie que arranca hoy y que se prolongará durante todo el mes de agosto

Buenas noches. Me llamo Leandro y soy el fantasma de La Moncloa. Digo noches porque quienes nacimos de las sombras vivimos en una perpetua semioscuridad que ni el sol más radiante, y cuidado que en los interiores de este palacio entra a raudales, logra desgarrar del todo. Y me he autobautizado como Leandro porque Felipe, que ya les voy diciendo para que nos vayamos conociendo que solo me pueden ver en carne apretujable los presidentes que son y han sido de esta España, y algunos otros seres elegidos por mí en muy contadas ocasiones, el primer día que me le aparecí, me dijo: “ ¡Coño, el hijo ese de Alfonso XIII!”. Que luego me enteré y es que hay un señor que se llama Leandro Alfonso Luis de Borbón Ruiz, que ya le vale ese Ruiz, que al parecer es cagadito a mí. Lamento no poder corroborar el parecido, porque ya se sabe que los espejos no devuelven la imagen a los fantasmas, a los vampiros y a los banqueros. Así que di por buena la capacidad fisiognómica de Felipe y ya he aceptado que soy poseedor de un pelo imposible, una barba imposible y una nariz imposible. O sea, que tengo un aspecto imposible, tal que Borbón Ruiz, que cuidado que veo a gente pasar por estas dependencias y nunca he visto a nadie tan imposible.

Recuerdo muy bien cómo era Felipe. Siempre estaba que si unas olivitas, que si una manzanilla, que si tío, pasa contigo, que por consiguiente. Aunque a lo mejor no es este momento de hablar de él. Lo que pasa es que ya me conocerán, que se me va la cabeza de un presidente a otro según suspiro, conocido como es que los fantasmas tenemos un cerebro inconsútil, por así decir, y nos cuesta mantener un hilo lógico. Vamos, como a los presidentes. Así que lo más apropiado será que les cuente cómo me las entiendo con Mariano Rajoy, que es el mandamás con el que ahora tengo que lidiar. Bien. Pues es muy simpático. Y quiere mucho a sus niños. Bueno, y a Viri, claro, que ustedes la ven así como lánguida pero ya les contaría yo cosas que oigo. Pero resulta que…

Bueno, no, estoy pensando que mejor les explico qué hago aquí y por qué hay un fantasma en La Moncloa, que lo he dado por hecho desde la primera línea y es posible que a ustedes, preocupados por sus cosas, y por la crisis, que yo lo comprendo, nunca se les hubiera ocurrido ser conscientes de mi existencia. Porque la gente, así en general, sabe poco de fantasmas, que nos tienen muy poco valorados. Y no sé por qué. Porque si alguien se despepita por tener un consultor espiritual o gurú que se le dice, un asesor fiscal, un entrenador personal y hasta un personal shopper, no sé por qué va a ser menos un fantasma individual. Ayuda mucho, ya se lo digo. Para un roto y un descosido. Que nuestra vida simula un permanente echarse a la briba, pero ya les daría yo aguantar a Aznar cuando venía de ver a Bush. Por hacer terrorífico el cuento.

Pues les decía. Yo era el fantasma titular del Congreso de los Diputados, situado, como saben todos, porque sale mucho en televisión, en la madrileña carrera de San Jerónimo, cerquita de Sol, que más castizo no hay lugar. ¡Qué tiempos aquellos!, nos decíamos los fantasmas de plantilla, que entonces teníamos delante a un Sagasta, a un Cánovas, a un Prieto, a un Largo Caballero, a un Gil-Robles o incluso a un Lerroux, que siempre gusta un poco de picante frente a tanto jamón york. Pero claro, es que luego vinieron las Cortes franquistas. Y qué les voy a decir que no sepan. No quiero ni acordarme, que en aquella época hasta iba gente con chaqueta blanca, boina roja o camisa azul, y algunos con todo puesto, la chaqueta, la camisa y la boina, como si estuvieran en el probador. Un horror. Y lo peor es que hablaban, sobre todo, de la familia y los municipios. Y de los luceros. Muchos luceros. Incluso había alguno que hasta gruñía. Recuerdo que un día, José Antonio Girón de Velasco… Bueno, no, lo dejo. Es la inconsutilidad.

Pues les decía que estaba yo allí un día de febrero de 1981, temiéndome lo peor, que aunque en los últimos años aquello había mejorado mucho, que si bien seguía por allí Manuel Fraga, el señor le acoja en su seno y le asede el carácter de macho cabrío, ya nos habíamos divertido un rato largo con que si ese que llegaba era Carrillo, aquella otra La Pasionaria que bajó las escaleras, cual enjuta y adusta Mistinguette, cogidita del brazo de un señor con el pelo largo y blanco como si de un ángel se tratara, que luego me enteré de que era un tipo más bien revoltoso, Rafael Alberti, y otras novedades que nos alegraron la pajarilla después de aquellos terribles treinta y cinco años de momios y —pocas— momias. También habían aparecido en ese tiempo unos jóvenes que parecían venir de una excursión en cualquier dehesa, como Felipe González y Alfonso Guerra, sobre todo este último, que siempre tenía cara de querer armarla. Había también un tipo que a mí me gustaba más que a un tonto una tiza. Acababa de presentar su dimisión como presidente y se llamaba Adolfo Suárez. Es que era verle y me entraban unas ganas locas de jugarme con él una caña a los chinos.

Pues digo que aquel febrero de 1981, el día 23, para ser más exactos, andaba este menda incorpóreo por los pasos perdidos, que solo de pensar en que íbamos a tener unos cuantos años a Leopoldo Calvo Sotelo de agitador de las masas es que me daba como un yuyu. Ya habíamos disfrutado de Landelino Lavilla, que pedazo juergas nos había tocado disfrutar como mandón de la casa de los leones. Y en estas que zas, aquel Tejero con el tricornio, inolvidable imagen, armó la que ya saben, que como sería aquello que aún perduran las ondas sísmicas y de vez en cuando alguien escribe un libro o suelta una pretendida novedad sobre el susto. Y es entonces cuando se produjo la chispa, la descarga, la conmoción, el escalofrío y el barquinazo. El flechazo, vamos. Fue ver a ese Adolfo Suárez ponerse en pie, levantar el mentón y ponerse chulo, como si estuviera en la cantina del cuartel y un subordinado le hubiera insinuado un mal gesto, fue un decir aquello de “como presidente le ordeno que deponga su actitud”, que me dije para mis adentros, en el caso de que los fantasmas tuviéramos adentros, que no está confirmado que así sea, me dije, digo, este es mi hombre. He aquí un tipo con el que uno se puede ir a una timba de póquer y sabe que siempre te va a defender del tahúr. Gesto de piedra, hombros hacia atrás, mirada al frente, “No sabe con quién está hablando”, le diría enérgico al bandolero, que incapaz de aguantar ese fuego en la mirada huiría sin rematar la vileza que hubiera preparado.

Así que, cuando el tricorniado Tejero se destejió y pasó de fiero león, como los pétreos de la puerta, a despeluchado gatito, y los civilones saltaron las ventanas con aquella actitud tan digna, gallarda y valerosa, aquí Leandro, un servidor, todavía invisible, se metió de rondón y con tanto arte como cuidado en el coche oficial de don Adolfo Suárez. Llegamos a La Moncloa, gran alboroto en esta casa, tan nueva entonces para mí, tan resabida ahora. Y hasta hoy.

Hay que ver cómo pasa el tiempo. Y los presidentes: Adolfo, Leopoldo, Felipe, Aznar, José Luis y Mariano. Habrán notado que no he dicho José María. Es que no me sale, ignoro por qué. Y si les parece duro tratar con dichos personajes, todos grandes hombres, cuerpos unos más tangibles que otros, qué les voy a decir de sus ectoplasmas, que aquí se quedan y ponte a aguantarles.

Bueno, de Leopoldo hay medio, que duró muy poco. Ecto, le llamamos.

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CORTINAS DE HUMO PARA QUE NO SE HABLE DEL VERDADERO PROBLEMA DE ESPAÑA.

Siguen la misma estrategia que “Paquito” con el Lute, (hay que ser torpes)

Porque no se preocupa del espionaje de la Aguirre, ¿o ya no se acuerdan?

El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, ha dicho que no es aceptable la "callada por respuesta" de Alfredo Pérez Rubalcaba ante la información sobre la trama montada por altos cargos del ex ministro en Interior que, entre otras cosas, “pudo” espiar la sede nacional ... (ver texto completo)
La vicepresidenta pierde su vara de mando, con lo que le gusta a ella ese juguete.

El PP cuestiona la acumulación de poder de Sáenz de Santamaría y piden un vicepresidente económico, (otro enchufado)

La última encuesta del CIS deja poco margen para la duda sobre la imagen del Gobierno: todos suspenden y sus calificaciones descienden por debajo del cuatro. Sin embargo, según sus propias palabras, el presidente Mariano Pinocho Rajoy (que obtiene un 3,33) está orgulloso de su Ejecutivo y no tiene ... (ver texto completo)
Esta TEUTONA, es la gran amiga de Pinocho Rajoy y de su mismo “partido”, la que nos iba a echar una mano (al cuello) a salir de la crisis.

Y el calzonazos de Pinocho R. callado cual puta en cuaresma.

Cuando Alemania hacía lo que ahora critica

Ejemplo número 1. Un país de la Unión Europea (por ejemplo, España) logra que el BCE le compre directamente 3.900 millones de euros de deuda con el objetivo de "afrontar un indeseable aumento de los tipos de interés".

Alemania se opone. El Bundesbank ... (ver texto completo)
Copiando al gobierno de Zapatero
(Ellos PP) botaron en contra.)

Esto pasa cuando esta claro que no existe gobierno y tiene que recurrirá a copiar del PSOE.

El Gobierno promete a Bruselas elevar la “edad efectiva” de jubilación
Hacienda planea reformas para endurecer las prejubilaciones

El programa presupuestario 2013-2014 que el Gobierno de Mariano Rajoy remitió el pasado viernes a Bruselas También se pretende adelantar la entrada en vigor de los principales parámetros del sistema (edad ... (ver texto completo)
Con ministros asi es lógico que nos tomen por el pito de un sereno en Europa.

El ministro insistía en los riesgos de gravar las grandes fortunas. No lo ha hecho y el dinero ha escapado en niveles sin precedentes
Montoro presumió de la fórmula para atajar la fuga de capitales… y ha visto en sus narices una desbandada histórica

El propio Montoro advertía en 2010 de que se iba a producir en España este fenómeno, pero una vez con las riendas el problema se ha agravado seriamente. Alertó de que ... (ver texto completo)
Este Pinocho Rajoy cada vez esta peor y no se entera.

Dependemos del señor Draghi, a ver si nos enteramos de una vez por todas. Y Draghi, nos guste o no, depende sobre todo de Alemania. O sea, de Ángela Merkel. Éstos dos son los que mandan de verdad en la Europa de la crisis y en la España del PP

La prima y el subidón

Volvimos, pues, de inmediato, a instalarnos en el espanto. A la prima de riesgo le sacudió de repente un subidón de padre y muy señor mío que perjudicó obviamente a las Bolsas. ... (ver texto completo)
ADIOS A SU MAYORIA HOLGADA,

Caída en picado del PP, sin precedentes en ningún otro Gobierno

El Partido Popular pierde siete puntos en menos de un mes. Un ritmo de caída sin precedentes en ningún otro Gobierno, según un sondeo hecho público este domingo.

En ese resultado es significativo que en los propios votantes del PP se refleja el malestar generalizado de los ciudadanos por los recortes brutales del Gobierno, entre ellos la reducción de las prestaciones a los desempleados, los recortes ... (ver texto completo)
¿Y quién recoge esa pérdida?
ADIOS A SU MAYORIA HOLGADA,

Caída en picado del PP, sin precedentes en ningún otro Gobierno

El Partido Popular pierde siete puntos en menos de un mes. Un ritmo de caída sin precedentes en ningún otro Gobierno, según un sondeo hecho público este domingo.

En ese resultado es significativo que en los propios votantes del PP se refleja el malestar generalizado de los ciudadanos por los recortes brutales del Gobierno, entre ellos la reducción de las prestaciones a los desempleados, los recortes ... (ver texto completo)
Algo pasa, amigo Sancho, cuando están borrando algunos escritos, ¿Por qué será?, de todas formas el daño ya esta hecho, así que eso no vale de nada, bueno si que vale, para demostrar lo poco que valen algunas personas y a lo que llegan con su soberbia y paranoia mental.

Espero que se olviden de mí, y así que cada cual escriba lo que quiera y como mejor pueda.

Seguimos con la reconquista desde el SUR le pese a quien le pese
Además de insulton, ciego, o no saben leer y todo lo que pone se lo escribe algún iluminado.

Seguimos con la reconquista desde el SUR le pese a quien le pese.