DE VALENCIA A SEVILLA. RAJOY UN LÍDER INCUESTIONADO.
Desde luego que no tiene nada que ver aquél congreso del PP en Valencia tras la segunda derrota electoral de Rajoy, que éste de Sevilla con unas elecciones ganadas por mayoría absoluta. Y se nota y no precisamente para mejor. Al final es lo que tiene. Un líder mediocre y sin carisma ha llegado a Presidente del Gobierno de España sin más méritos que el desastre económico que ha dejado el PSOE y su predecesor Zapatero. Y ya que hablamos de sastres, aún colea el esperpento de los trajes de Camps y lo del "amiguito del alma".
El caso es que aquí tenemos al PP en plan triunfalista y más preocupado en el reparto interno del poder en el Partido y en las luchas entre facciones de lo que llaman "ala dura" cuya cabeza visible es el tetra perdedor de Arenas, que puede que a la quinta logre el objetivo de ganar unas elecciones, que no garantiza lo de gobernar la Comunidad Autónoma de Andalucía. Ha sido un fin de semana donde ha brillado por su ausencia el debate ideológico o la profundización en el programa de Gobierno y de las medidas anti crisis.
Las que han quedado encumbradas y como verdaderas ganadoras han sido Cospedal y Saénz de Santamaría. La primera, porque como una auténtica super woman va a simultanear su cargo como Presidenta de la Comunidad de Castilla la Mancha, con el de Secretaria General del PP. Mientras que la segunda, como Vicepresidenta primera del Gobierno y apaga fuegos eventual de la descoordinación de Rajoy con sus Ministros. Un equivalente en capacidad de trabajo a la rejuvenecida María Teresa Fernández de la Vega, pero en versión PP. para que luego diga Elena Valenciano que no hay mujeres con cargos de responsabilidad. Cochina envidia por estar apoyando a un perdedor aún mayor que Rajoy.
Sin embargo es verdad que el PP en estos dos meses de mandato ha demostrado un doble discurso, sobre todo en el tema anti terrorista. Por un lado está Iturgaiz y el Ministro de Interior Fernández Díaz aludiendo a la solución política del conflicto vasco", con la suelta descarada de un etarra concediéndole el tercer grado. Por otro lado está Cospedal y Aznar dando el discurso de que se aplicará toda la Ley y que no se detendrán hasta la derrota de ETA por la vía policial. Y en medio está Rajoy que, como siempre, mantiene un silencio que empieza a ser irritante.
Ayer vi a un Rajoy exultante, absolutamente ensoberbecido y consciente del poder que acumula. Dicen que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente. Sólo espero que por el bien de España sepan administrar el poder que los votantes, la mayor parte, han delegado en el PP confiando en que cumplirán sus compromisos y promesas. Y viendo ciertas actitudes, sinceramente, voy perdiendo la esperanza de que lo hagan.
Desde luego que no tiene nada que ver aquél congreso del PP en Valencia tras la segunda derrota electoral de Rajoy, que éste de Sevilla con unas elecciones ganadas por mayoría absoluta. Y se nota y no precisamente para mejor. Al final es lo que tiene. Un líder mediocre y sin carisma ha llegado a Presidente del Gobierno de España sin más méritos que el desastre económico que ha dejado el PSOE y su predecesor Zapatero. Y ya que hablamos de sastres, aún colea el esperpento de los trajes de Camps y lo del "amiguito del alma".
El caso es que aquí tenemos al PP en plan triunfalista y más preocupado en el reparto interno del poder en el Partido y en las luchas entre facciones de lo que llaman "ala dura" cuya cabeza visible es el tetra perdedor de Arenas, que puede que a la quinta logre el objetivo de ganar unas elecciones, que no garantiza lo de gobernar la Comunidad Autónoma de Andalucía. Ha sido un fin de semana donde ha brillado por su ausencia el debate ideológico o la profundización en el programa de Gobierno y de las medidas anti crisis.
Las que han quedado encumbradas y como verdaderas ganadoras han sido Cospedal y Saénz de Santamaría. La primera, porque como una auténtica super woman va a simultanear su cargo como Presidenta de la Comunidad de Castilla la Mancha, con el de Secretaria General del PP. Mientras que la segunda, como Vicepresidenta primera del Gobierno y apaga fuegos eventual de la descoordinación de Rajoy con sus Ministros. Un equivalente en capacidad de trabajo a la rejuvenecida María Teresa Fernández de la Vega, pero en versión PP. para que luego diga Elena Valenciano que no hay mujeres con cargos de responsabilidad. Cochina envidia por estar apoyando a un perdedor aún mayor que Rajoy.
Sin embargo es verdad que el PP en estos dos meses de mandato ha demostrado un doble discurso, sobre todo en el tema anti terrorista. Por un lado está Iturgaiz y el Ministro de Interior Fernández Díaz aludiendo a la solución política del conflicto vasco", con la suelta descarada de un etarra concediéndole el tercer grado. Por otro lado está Cospedal y Aznar dando el discurso de que se aplicará toda la Ley y que no se detendrán hasta la derrota de ETA por la vía policial. Y en medio está Rajoy que, como siempre, mantiene un silencio que empieza a ser irritante.
Ayer vi a un Rajoy exultante, absolutamente ensoberbecido y consciente del poder que acumula. Dicen que el poder corrompe y que el poder absoluto corrompe absolutamente. Sólo espero que por el bien de España sepan administrar el poder que los votantes, la mayor parte, han delegado en el PP confiando en que cumplirán sus compromisos y promesas. Y viendo ciertas actitudes, sinceramente, voy perdiendo la esperanza de que lo hagan.