Ángel, efectivamente el artículo deja claro que hay que dejarla tranquilitas, no tocarlas y pasar de ellas, con un poco de cuidado que tengamos la sangre no llegará al río.
En efecto, una de ellas pasó la carretera de lado a lado, a 3 metros de donde estábamos. Nos paramos, pasó y hasta hoy.