Esta foto de mi Bany con tres meses se la realicé para la cartilla veterinaria y aún me quedaban por delante 16 años de su maravillosa compañía. Aunque ahora disfruto de mi alocada y juguetona Pipa, jamás la olvidaré.
Lo único que no me gusta de los perros es su acelerado reloj biológico, que nos condena a ser impotentes testigos de su envejecimiento y desaparición. Ese corto reloj biológico sería más justo que lo tuviesen todas las personas crueles que causan sufrimiento y muerte en este mundo.
Lo único que no me gusta de los perros es su acelerado reloj biológico, que nos condena a ser impotentes testigos de su envejecimiento y desaparición. Ese corto reloj biológico sería más justo que lo tuviesen todas las personas crueles que causan sufrimiento y muerte en este mundo.