Preciosos animalillos.
En la foto ocho de los diez cachorros que parió mi "Krisa", una mastín Montaña del Pirineo.
Los canarios también me han criado en casa cuando los tenía, al igual que los perros, los gatos y los conejos de indias. Hoy solo tengo a mi Suska, recuerdo de todo aquél "pequeño zoo" que tuve, siendo la única que pude traer conmigo. Compañera de fatigas y sin sabores, y también de gratos momentos, estupenda compañera de viajes, tanto de corto como largo recorrido, en coche y hoteles por la península, en avión por ultramar.
Todos ellos fueron los únicos que no me reprocharon nada; todo lo contrario, agradecidos por el buen trato recibido y pesarosos, pues se les nota, cuando hacía los preparativos para partir de su lado, no les he vuelto a ver, ni a los seis perros -bueno, cinco pues Suska se vino conmigo-, ni a los nueve gatos, aunque "Cloe" se quería venir también conmigo, ya que de la maleta la tuve que sacar varias veces, ni a la pareja de periquitos, ni a la de canarios, ni a "Curro" un loro barranquero muy dicharachero, escandaloso y camorrista ya que con "Copito", mi pequinés albino no se llavaba bien y lo perseguía por toda la casa picándole el rabo. Cuando estaba dormido Copito, se acercaba a él y pegaba el graznido más fuerte de que era capaz, junto a la oreja del pobre perro. Este le lanzaba una tarascada, sin quererle morder, y salía detrás del loro; salían del salón y cuando regresaban era Copito el perseguido. Eso si no venía el loro a rastras, enganchado con el pico al rabo del perro.
Saludos
En la foto ocho de los diez cachorros que parió mi "Krisa", una mastín Montaña del Pirineo.
Los canarios también me han criado en casa cuando los tenía, al igual que los perros, los gatos y los conejos de indias. Hoy solo tengo a mi Suska, recuerdo de todo aquél "pequeño zoo" que tuve, siendo la única que pude traer conmigo. Compañera de fatigas y sin sabores, y también de gratos momentos, estupenda compañera de viajes, tanto de corto como largo recorrido, en coche y hoteles por la península, en avión por ultramar.
Todos ellos fueron los únicos que no me reprocharon nada; todo lo contrario, agradecidos por el buen trato recibido y pesarosos, pues se les nota, cuando hacía los preparativos para partir de su lado, no les he vuelto a ver, ni a los seis perros -bueno, cinco pues Suska se vino conmigo-, ni a los nueve gatos, aunque "Cloe" se quería venir también conmigo, ya que de la maleta la tuve que sacar varias veces, ni a la pareja de periquitos, ni a la de canarios, ni a "Curro" un loro barranquero muy dicharachero, escandaloso y camorrista ya que con "Copito", mi pequinés albino no se llavaba bien y lo perseguía por toda la casa picándole el rabo. Cuando estaba dormido Copito, se acercaba a él y pegaba el graznido más fuerte de que era capaz, junto a la oreja del pobre perro. Este le lanzaba una tarascada, sin quererle morder, y salía detrás del loro; salían del salón y cuando regresaban era Copito el perseguido. Eso si no venía el loro a rastras, enganchado con el pico al rabo del perro.
Saludos