"Esta peripecia africana debería constituir el último caso en el que el Rey viaja, o sale de España, sin que se informe detalladamente de las circunstancias y motivos de tal viaje, no sirviendo para absolutamente nada la disculpa de que se trata de viajes privados, porque además no pueden serlo.
Ni que decir tiene que, en un momento en el que abundan quienes tratan de asociar la imagen misma de España a una supuesta falta de seriedad, a la dilapidación y el despilfarro, esta escena del Rey dedicado a la caza de proboscidios no se le habría ocurrido ni al más feroz de los agentes de imagen de quienes trabajan contra nuestros intereses.
Es preciso que la Casa del Rey ofrezca las mejores explicaciones a su alcance para que este penoso episodio cese cuanto antes de tener las repercusiones negativas que ha tenido. La Monarquía tiene que estar siempre a la altura de las circunstancias y no es comprensible que en un momento en el que todos, sin excepción alguna, nos tenemos que privar de gastos apetecibles pero que nos resultan imposibles, y en que, desgraciadamente, son muchos los que apenas pueden conseguir lo necesario, el Rey aparezca dedicado a deportes de alto riesgo de pésima imagen y de costo inasumible, en una semana en la que todos los demás estamos trabajando, si es que tenemos la oportunidad de hacerlo.
La ejemplaridad de la Monarquía, de todos los miembros de la Casa Real, y especialmente de la persona del Rey, debe ser cuidadosamente preservada si no se quiere entrar en un debate inconveniente que tal vez termine por ser insoportable para la Monarquía y para la misma Nación. España admira y quiere a su Rey, pero exige a cambio una dedicación, una lealtad, una transparencia y un sentido de la responsabilidad que son completamente incompatibles con episodios tan desgraciados como el que tenemos la dolorosa obligación de comentar.
El Rey se ha roto la cadera, pero el accidente no lo puede sufrir, como lo está sufriendo, toda España."
Editorial de La Gaceta
La foto es para quitar un poco la indignación de la noticia.
Ni que decir tiene que, en un momento en el que abundan quienes tratan de asociar la imagen misma de España a una supuesta falta de seriedad, a la dilapidación y el despilfarro, esta escena del Rey dedicado a la caza de proboscidios no se le habría ocurrido ni al más feroz de los agentes de imagen de quienes trabajan contra nuestros intereses.
Es preciso que la Casa del Rey ofrezca las mejores explicaciones a su alcance para que este penoso episodio cese cuanto antes de tener las repercusiones negativas que ha tenido. La Monarquía tiene que estar siempre a la altura de las circunstancias y no es comprensible que en un momento en el que todos, sin excepción alguna, nos tenemos que privar de gastos apetecibles pero que nos resultan imposibles, y en que, desgraciadamente, son muchos los que apenas pueden conseguir lo necesario, el Rey aparezca dedicado a deportes de alto riesgo de pésima imagen y de costo inasumible, en una semana en la que todos los demás estamos trabajando, si es que tenemos la oportunidad de hacerlo.
La ejemplaridad de la Monarquía, de todos los miembros de la Casa Real, y especialmente de la persona del Rey, debe ser cuidadosamente preservada si no se quiere entrar en un debate inconveniente que tal vez termine por ser insoportable para la Monarquía y para la misma Nación. España admira y quiere a su Rey, pero exige a cambio una dedicación, una lealtad, una transparencia y un sentido de la responsabilidad que son completamente incompatibles con episodios tan desgraciados como el que tenemos la dolorosa obligación de comentar.
El Rey se ha roto la cadera, pero el accidente no lo puede sufrir, como lo está sufriendo, toda España."
Editorial de La Gaceta
La foto es para quitar un poco la indignación de la noticia.