Dos años de desaires, plantones y silencios, que solo eran la punta del iceberg.
La Zarzuela ha tratado de reconducir una relación que, al final, se ha desbordado.
Almudena Martínez-Fornés.
MADRID Actualizado: 26/09/2020 03:44h.
El Rey llevaba dos años intentando evitar el conflicto, al menos en público, pero al final ha sido inevitable. El pulso del Gobierno contra la Corona empezó desde el primer momento, y eso que Don Felipe ya se había fijado en Sánchez en 2010, cuando era un político desconocido, y le citó en La Zarzuela, por lo que ambos eran casi viejos amigos.
Sin embargo, las circunstancias en las que Sánchez llegó a La Moncloa y sigue gobernando hoy, preso de las exigencias de comunistas y separatistas, ya hacían pensar que la relación entre Corona y Gobierno sería complicada. Y lo ha sido, a pesar de los esfuerzos de La Zarzuela por salvarla. Sánchez, que en la crisis separatista catalana de 2017, cuando aún estaba en la oposición, había prometido al Rey que «no le iba a fallar», acabó fallándole en cuanto empezó a depender de los populistas y de los independentistas para seguir en el poder.
Pero al difícil encaje por razones políticas se ha sumado una larga cadena de desaires, silencios, exigencias y plantones por parte del presidente del Gobierno que solo se pueden atribuir a su forma de ser y que, a la vista de los últimos acontecimientos, eran la punta de un iceberg.
12-10-2018: La Moncloa echa la culpa a La Zarzuela.
Tras el error de protocolo que cometieron Pedro Sánchez y su mujer el día de la Fiesta Nacional en el Palacio Real, cuando se quedaron a saludar con los Reyes, Moncloa exigió a Zarzuela que hiciera un comunicado en el que asumiera la culpa. La Casa del Rey lo hizo y echó un capote al presidente del Gobierno.
Del 22 al 25-7-19: Sánchez no defiende al Rey.
Esos días se celebró el debate de investidura en el Congreso de los Diputados tras las elecciones del 28 de abril de 2019, y Sánchez evitó defender al Rey, a España, a la Constitución, a la democracia, al Estado y a las Fuerzas de Seguridad, de los ataques que recibieron. En lugar de censurar a Gabriel Rufián (ERC), le agradeció «el tono». El silencio del presidente ha vuelto a repetirse después en muchas otras ocasiones.
7-8-2019: Hizo esperar 50 minutos al Rey.
El presidente del Gobierno llegó ese día 50 minutos tarde al despacho de verano con el Rey en el Palacio de Marivent, de Palma, y ni siquiera expresó una disculpa por el retraso.
18-10-2019: Plantón a la heredera de la Corona.
El jefe del Ejecutivo no asistió ni al debut de la Princesa Leonor en Asturias, donde pronunció su primer discurso en público, ni a la primera visita oficial a Cataluña, que se celebró en medio de fuertes protestas de los separatistas.
Del 11 al 15-11-2019: Un incómodo viaje a Cuba.
El Gobierno comprometió al Rey con un incómodo viaje a Cuba al día siguiente de las elecciones generales en el que no se le permitió reunirse con la disidencia a la dictadura y se le cerró un encuentro imprevisto con Raúl Castro. Don Felipe aprovechó ese viaje para hacer ante el dictador la más firme defensa de la libertad y democracia que se ha oído en la isla.
2-12-2019: Sánchez acapara el protagonismo.
El jefe del Ejecutivo acaparó todo el protagonismo en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno paralela a la Cumbre del Cambio Climático. Don Felipe se limitó a recibir a los mandatarios en el Palacio Real, donde se aplicó un protocolo inédito: el Rey, que siempre interviene en último lugar, cedió el cierre del acto al secretario general de Naciones Unidas.
10-01-2020: Sustituye los despachos por llamadas.
Dos días después de prometer «lealtad al Rey», Sánchez empezó a filtrar a la prensa la lista de sus ministros y después, aclaró que le había ido informando de cada nombramiento antes de hacerlo público. También sugirió que haría por teléfono la preceptiva comunicación oficial, que se debe hacer durante un despacho.
14-03-2020: Silenciar los actos de los Reyes.
Sánchez permite que se silencien los actos institucionales de los Reyes, especialmente en los medios públicos, como RTVE.
La Zarzuela ha tratado de reconducir una relación que, al final, se ha desbordado.
Almudena Martínez-Fornés.
MADRID Actualizado: 26/09/2020 03:44h.
El Rey llevaba dos años intentando evitar el conflicto, al menos en público, pero al final ha sido inevitable. El pulso del Gobierno contra la Corona empezó desde el primer momento, y eso que Don Felipe ya se había fijado en Sánchez en 2010, cuando era un político desconocido, y le citó en La Zarzuela, por lo que ambos eran casi viejos amigos.
Sin embargo, las circunstancias en las que Sánchez llegó a La Moncloa y sigue gobernando hoy, preso de las exigencias de comunistas y separatistas, ya hacían pensar que la relación entre Corona y Gobierno sería complicada. Y lo ha sido, a pesar de los esfuerzos de La Zarzuela por salvarla. Sánchez, que en la crisis separatista catalana de 2017, cuando aún estaba en la oposición, había prometido al Rey que «no le iba a fallar», acabó fallándole en cuanto empezó a depender de los populistas y de los independentistas para seguir en el poder.
Pero al difícil encaje por razones políticas se ha sumado una larga cadena de desaires, silencios, exigencias y plantones por parte del presidente del Gobierno que solo se pueden atribuir a su forma de ser y que, a la vista de los últimos acontecimientos, eran la punta de un iceberg.
12-10-2018: La Moncloa echa la culpa a La Zarzuela.
Tras el error de protocolo que cometieron Pedro Sánchez y su mujer el día de la Fiesta Nacional en el Palacio Real, cuando se quedaron a saludar con los Reyes, Moncloa exigió a Zarzuela que hiciera un comunicado en el que asumiera la culpa. La Casa del Rey lo hizo y echó un capote al presidente del Gobierno.
Del 22 al 25-7-19: Sánchez no defiende al Rey.
Esos días se celebró el debate de investidura en el Congreso de los Diputados tras las elecciones del 28 de abril de 2019, y Sánchez evitó defender al Rey, a España, a la Constitución, a la democracia, al Estado y a las Fuerzas de Seguridad, de los ataques que recibieron. En lugar de censurar a Gabriel Rufián (ERC), le agradeció «el tono». El silencio del presidente ha vuelto a repetirse después en muchas otras ocasiones.
7-8-2019: Hizo esperar 50 minutos al Rey.
El presidente del Gobierno llegó ese día 50 minutos tarde al despacho de verano con el Rey en el Palacio de Marivent, de Palma, y ni siquiera expresó una disculpa por el retraso.
18-10-2019: Plantón a la heredera de la Corona.
El jefe del Ejecutivo no asistió ni al debut de la Princesa Leonor en Asturias, donde pronunció su primer discurso en público, ni a la primera visita oficial a Cataluña, que se celebró en medio de fuertes protestas de los separatistas.
Del 11 al 15-11-2019: Un incómodo viaje a Cuba.
El Gobierno comprometió al Rey con un incómodo viaje a Cuba al día siguiente de las elecciones generales en el que no se le permitió reunirse con la disidencia a la dictadura y se le cerró un encuentro imprevisto con Raúl Castro. Don Felipe aprovechó ese viaje para hacer ante el dictador la más firme defensa de la libertad y democracia que se ha oído en la isla.
2-12-2019: Sánchez acapara el protagonismo.
El jefe del Ejecutivo acaparó todo el protagonismo en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno paralela a la Cumbre del Cambio Climático. Don Felipe se limitó a recibir a los mandatarios en el Palacio Real, donde se aplicó un protocolo inédito: el Rey, que siempre interviene en último lugar, cedió el cierre del acto al secretario general de Naciones Unidas.
10-01-2020: Sustituye los despachos por llamadas.
Dos días después de prometer «lealtad al Rey», Sánchez empezó a filtrar a la prensa la lista de sus ministros y después, aclaró que le había ido informando de cada nombramiento antes de hacerlo público. También sugirió que haría por teléfono la preceptiva comunicación oficial, que se debe hacer durante un despacho.
14-03-2020: Silenciar los actos de los Reyes.
Sánchez permite que se silencien los actos institucionales de los Reyes, especialmente en los medios públicos, como RTVE.