¡Ay qué bueno! Mari. Así que el hombre tropieza dos...

¡Ay qué bueno! Mari. Así que el hombre tropieza dos veces en la misma piedra y ahí está la mujer para proteger el gafe. Si el hombre tropieza dos veces en la misma piedra es porque la mujer le incita a tropezar. Si el ser masculino tropieza dos veces, la mujer tropieza más veces, lo que pasa es que el hombre " pasa" en numerosos casos de la mujer y claro... pasa lo que pasa. ¡Ay qué bueno! Ahora sí que la has liado parda.