Cómo es posible que en un Estado declarado constitucionalmente "aconfesional", unas autoridades representantes de tal Estado,
gobernantes de una comunidad del Estado (en este caso la de
Madrid), se declaren abiertamente partidarias de una confesión religiosa, permitiendo la exhibición en lugar público de dependencias estatales de signos, símbolos, imágenes de esta
religión en menosprecio de personas de otras o ningunas
religiones y después le pidan el voto a todo el mundo para seguir disponiendo
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