La vicepresidenta de Asuntos Económicos Nadia Calviño ha dicho esta tarde que sería “absurdo y contraproducente abrir el debate” sobre la derogación de la reforma laboral. De esa manera la titular de Economía del Gobierno opinó sobre la tormenta política y social que ha provocado el pacto firmado ayer entre el PSOE, Podemos y Bildu para la derogación de la reforma laboral aprobada por el PP en el 2012.
En un encuentro telemático organizado por el Cercle d’Economia, Calviño ha asegurado que el Gobierno está por resolver problemas y no para crearlos en referencia a la crisis abierta con la patronal CEOE por esta cuestión.
Las palabras de Calviño intentaron apaciguar la tormenta que levantó la posible derogación de la reforma laboral. El pacto político no dejó indiferente a nadie ya que provocó irritación entre la patronal y desconcierto en los sindicatos. La primera consecuencia directa fue que la CEOE suspendió su participación en las reuniones del diálogo social. El presidente de la patronal Antonio Garamendi declaró que el diálogo social “está en suspenso” en declaraciones a RNE. Garamedi visiblemente enfadado se preguntó para qué se van a sentar en una mesa “si ya está decidido lo que se va a hacer en la mesa, si el menú del día está preparado”. El empresario añadió que no sigan contando con nosotros”, afirmó visiblemente enfadado.
De hecho, la CEOE no participó en la reunión convocada ayer en el ministerio de Seguridad Social con el ministro José Luis Escrivá para tratar sobre la puesta en marcha del ingreso mínimo vital. La siguiente reunión prevista para el miércoles está por ahora en el aire.
Desde Foment se expresaron en términos parecidos: “el acuerdo es una irresponsabilidad y pone en peligro miles de puestos de trabajo”. La patronal catalana que preside Josep Sánchez Llibre añadio que en un comunicado que el pacto representa un “menosprecio al diálogo con los agentes sociales”.
Sánchez Llibre declaró a través de un comunicado que “defendemos un gran pacto por la reactivación de la economía y la recuperación del empleo con el gobierno del Estado, los grupos parlamentarios, las institutuciones, los agentes sociales y las comunidades autónomas”. Foment ha avisado que el pacto genera “inseguridad jurídica”.
Del lado de los sindicatos, la decisión de derogar la reforma laboral les cogió por sorpresa.
En un encuentro telemático organizado por el Cercle d’Economia, Calviño ha asegurado que el Gobierno está por resolver problemas y no para crearlos en referencia a la crisis abierta con la patronal CEOE por esta cuestión.
Las palabras de Calviño intentaron apaciguar la tormenta que levantó la posible derogación de la reforma laboral. El pacto político no dejó indiferente a nadie ya que provocó irritación entre la patronal y desconcierto en los sindicatos. La primera consecuencia directa fue que la CEOE suspendió su participación en las reuniones del diálogo social. El presidente de la patronal Antonio Garamendi declaró que el diálogo social “está en suspenso” en declaraciones a RNE. Garamedi visiblemente enfadado se preguntó para qué se van a sentar en una mesa “si ya está decidido lo que se va a hacer en la mesa, si el menú del día está preparado”. El empresario añadió que no sigan contando con nosotros”, afirmó visiblemente enfadado.
De hecho, la CEOE no participó en la reunión convocada ayer en el ministerio de Seguridad Social con el ministro José Luis Escrivá para tratar sobre la puesta en marcha del ingreso mínimo vital. La siguiente reunión prevista para el miércoles está por ahora en el aire.
Desde Foment se expresaron en términos parecidos: “el acuerdo es una irresponsabilidad y pone en peligro miles de puestos de trabajo”. La patronal catalana que preside Josep Sánchez Llibre añadio que en un comunicado que el pacto representa un “menosprecio al diálogo con los agentes sociales”.
Sánchez Llibre declaró a través de un comunicado que “defendemos un gran pacto por la reactivación de la economía y la recuperación del empleo con el gobierno del Estado, los grupos parlamentarios, las institutuciones, los agentes sociales y las comunidades autónomas”. Foment ha avisado que el pacto genera “inseguridad jurídica”.
Del lado de los sindicatos, la decisión de derogar la reforma laboral les cogió por sorpresa.