8M: DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
5 (grandes) impactos del covid en la vida de las mujeres
Tras un año de pandemia, auditamos el impacto del coronavirus en la vida de las mujeres. Del mundo laboral a la política y la ciencia, y de las violencias a la salud y las exclusiones, las investigaciones revelan que la incidencia del covid-19 no es neutral con respecto al género. Como ya advertía la cuarta ola del feminismo, la clave está en los cuidados y en el cruce de los ejes de origen y clase.
VIOLENCIA
Al poco de decretarse los primeros confinamientos, Naciones Unidas ya advertía de una inminente "epidemia de violencia contra las mujeres". Con uno de los confinamientos más estrictos, en España la cohabitación forzosa enseguida se tradujo en un aumento de peticiones de ayuda a través de llamadas al 016 (el teléfono de la violencia de género) y consultas por internet y por whatsapp. Según el Ministerio de Igualdad, las peticiones de ayuda aumentaron un 57,9% entre marzo y junio. En cambio, las denuncias han disminuido un 5% y la cifra de mujeres asesinadas en 2020 ha sido de 45 frente a las 55 de 2019.
Una encuesta entre 23.000 mujeres publicada en el ‘Journal of Public Economics’ halló que la violencia en el ámbito de la pareja había aumentado un 23,38%. Esta cifra es mayor que la de casos registrados porque el aislamiento dificulta que las mujeres denuncien.
El estudio también concluye que en el confinamiento ha crecido sobre todo la violencia psicológica y que la crisis económica derivada de la pandemia multiplicará la violencia de todo tipo contra las mujeres. Asimismo, activistas por la justicia climática han advertido del mayor riesgo que corren las mujeres que lideran las luchas contra los grandes proyectos extractivos en América Latina.
El cierre de escuelas y el teletrabajo ha aumentado entre un 50-70% el uso de internet en el mundo, lo que ha multiplicado el ciberacoso contra las mujeres. Un estudio entre 3.000 personas de BTR Consulting concluye que el 60% de usuarias de redes sociales ha experimentado abusos.
SALUD
Aunque el riesgo de muerte directa por covid-19 afecta más a los hombres que a las mujeres, el hecho de que ellas estén mayoritariamente en primera línea en el sector sanitario y social las expone más a la infección. En España, el 70% de las profesionales de la salud son mujeres, que ocupan masivamente puestos de enfermería y auxiliares. Las cifras en este sector son abrumadoras. El 72% del personal sanitario infectado son mujeres, según un informe de ONU-Mujeres. Esta desigual estructura ha provocado que muchas más mujeres sufran estrés postraumático por las vivencias que han experimentado en primera línea de la lucha contra el coronavirus.
Porcentaje de personal sanitario infectado que son mujeres
Los principales factores de riesgo para sufrir ansiedad y depresión durante la pandemia son: ser mujer, trabajar en el sector de la enfermería y tener un bajo nivel socioeconómico. También la precariedad de muchos empleos informales relacionados con las tareas de limpieza y de atención a la dependencia ha agudizado los problemas de salud.
La crisis del covid también ha provocado una epidemia de trastornos mentales
Además, ellas compaginan más el teletrabajo con las tareas de cuidados de las personas dependientes, lo que ha derivado en más diagnósticos de estrés, depresiones y ansiedad, también en las clases medias. La pandemia también ha tenido un impacto negativo en el estrés de las embarazadas, y quedan por estudiar fenómenos como el inaudito aumento de un 15% de los suicidios de mujeres en Japón.
TRABAJO
Mujeres y jóvenes han sido los colectivos más afectados por la destrucción de empleo. Según la Organización Internacional del Trabajo, ellas conforman el 70% de la economía informal en el mundo y son mayoría en los sectores más afectados, como la restauración, la hostelería y el comercio. Los últimos datos publicados por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social indican que en febrero el desempleo femenino duplicó al masculino.
En España hay actualmente 2.304.779 mujeres en paro y 1.704.010 hombres. En Catalunya, 6 de cada 10 puestos de trabajo perdidos son de mujeres. En este contexto, la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha ampliado hasta el 23%, una cifra que ha vuelto a niveles de 2013.
Brecha salarial, que ha vuelto a los niveles de 2013
Las mujeres ahora cobran 4.948 euros menos, sobre todo porque copan las profesiones peor pagadas. Incluso la distribución de los espacios domésticos forzada por el teletrabajo -con más mujeres ocupando lugares de paso o próximos a la cocina mientras que los hombres se sitúan en estancias más privadas- ha evidenciado la superioridad del trabajo masculino.
La precariedad del sector de los cuidados ha quedado al desnudo durante la epidemia
SindiLlar, SindicatoSad y Las Kellys, que representan a mujeres cuidadoras y limpiadoras en un sector con un alto índice de población migrante, han denunciado que la infravaloración y la falta de derechos laborales que sufre este sector clave para sostener la vida ha generado un mayor impacto negativo en muchas trabajadoras, que no han tenido derecho a la baja laboral por covid ni a las ayudas. En palabras de una trabajadora del Sindicato Sad: " ¿De qué sirve una ley de igualdad si no nos escuchan?".
EXCLUSIÓN
La población en riesgo de exclusión ha sido la más golpeada por las medidas de control del coronavirus, especialmente el confinamiento y la limitación de la libertad de movimientos. Pero también ha aflorado otro tipo de exclusión: la discriminación por edad de las personas mayores a la hora de recibir tratamiento médico en residencias (donde las mujeres son casi el 70%) y hospitales, y la de los niños y jóvenes que han sido señalados como focos de contagio.
Un informe de la entidad Trabajando en Positivo apunta a que los colectivos más afectados son las personas trabajadoras sexuales y la población migrante. En este ámbito, los datos son escasos, puntuales y poco representativos, y los análisis son de carácter más cualitativo.
Faltan estudios sobre los colectivos excluidos
El sector de la prostitución presencial está atravesado por los ejes de género, origen, clase social e identidad sexual, lo que lo convierte en la diana perfecta de la crisis. Sobre la situación de las mujeres obligadas a prostituirse planea un silencio aterrador, mientras que las que se organizan denuncian no solo la pérdida de ingresos sino también el aumento de la discriminación, al tiempo que reclaman derechos laborales y una renta básica.
5 (grandes) impactos del covid en la vida de las mujeres
Tras un año de pandemia, auditamos el impacto del coronavirus en la vida de las mujeres. Del mundo laboral a la política y la ciencia, y de las violencias a la salud y las exclusiones, las investigaciones revelan que la incidencia del covid-19 no es neutral con respecto al género. Como ya advertía la cuarta ola del feminismo, la clave está en los cuidados y en el cruce de los ejes de origen y clase.
VIOLENCIA
Al poco de decretarse los primeros confinamientos, Naciones Unidas ya advertía de una inminente "epidemia de violencia contra las mujeres". Con uno de los confinamientos más estrictos, en España la cohabitación forzosa enseguida se tradujo en un aumento de peticiones de ayuda a través de llamadas al 016 (el teléfono de la violencia de género) y consultas por internet y por whatsapp. Según el Ministerio de Igualdad, las peticiones de ayuda aumentaron un 57,9% entre marzo y junio. En cambio, las denuncias han disminuido un 5% y la cifra de mujeres asesinadas en 2020 ha sido de 45 frente a las 55 de 2019.
Una encuesta entre 23.000 mujeres publicada en el ‘Journal of Public Economics’ halló que la violencia en el ámbito de la pareja había aumentado un 23,38%. Esta cifra es mayor que la de casos registrados porque el aislamiento dificulta que las mujeres denuncien.
El estudio también concluye que en el confinamiento ha crecido sobre todo la violencia psicológica y que la crisis económica derivada de la pandemia multiplicará la violencia de todo tipo contra las mujeres. Asimismo, activistas por la justicia climática han advertido del mayor riesgo que corren las mujeres que lideran las luchas contra los grandes proyectos extractivos en América Latina.
El cierre de escuelas y el teletrabajo ha aumentado entre un 50-70% el uso de internet en el mundo, lo que ha multiplicado el ciberacoso contra las mujeres. Un estudio entre 3.000 personas de BTR Consulting concluye que el 60% de usuarias de redes sociales ha experimentado abusos.
SALUD
Aunque el riesgo de muerte directa por covid-19 afecta más a los hombres que a las mujeres, el hecho de que ellas estén mayoritariamente en primera línea en el sector sanitario y social las expone más a la infección. En España, el 70% de las profesionales de la salud son mujeres, que ocupan masivamente puestos de enfermería y auxiliares. Las cifras en este sector son abrumadoras. El 72% del personal sanitario infectado son mujeres, según un informe de ONU-Mujeres. Esta desigual estructura ha provocado que muchas más mujeres sufran estrés postraumático por las vivencias que han experimentado en primera línea de la lucha contra el coronavirus.
Porcentaje de personal sanitario infectado que son mujeres
Los principales factores de riesgo para sufrir ansiedad y depresión durante la pandemia son: ser mujer, trabajar en el sector de la enfermería y tener un bajo nivel socioeconómico. También la precariedad de muchos empleos informales relacionados con las tareas de limpieza y de atención a la dependencia ha agudizado los problemas de salud.
La crisis del covid también ha provocado una epidemia de trastornos mentales
Además, ellas compaginan más el teletrabajo con las tareas de cuidados de las personas dependientes, lo que ha derivado en más diagnósticos de estrés, depresiones y ansiedad, también en las clases medias. La pandemia también ha tenido un impacto negativo en el estrés de las embarazadas, y quedan por estudiar fenómenos como el inaudito aumento de un 15% de los suicidios de mujeres en Japón.
TRABAJO
Mujeres y jóvenes han sido los colectivos más afectados por la destrucción de empleo. Según la Organización Internacional del Trabajo, ellas conforman el 70% de la economía informal en el mundo y son mayoría en los sectores más afectados, como la restauración, la hostelería y el comercio. Los últimos datos publicados por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social indican que en febrero el desempleo femenino duplicó al masculino.
En España hay actualmente 2.304.779 mujeres en paro y 1.704.010 hombres. En Catalunya, 6 de cada 10 puestos de trabajo perdidos son de mujeres. En este contexto, la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha ampliado hasta el 23%, una cifra que ha vuelto a niveles de 2013.
Brecha salarial, que ha vuelto a los niveles de 2013
Las mujeres ahora cobran 4.948 euros menos, sobre todo porque copan las profesiones peor pagadas. Incluso la distribución de los espacios domésticos forzada por el teletrabajo -con más mujeres ocupando lugares de paso o próximos a la cocina mientras que los hombres se sitúan en estancias más privadas- ha evidenciado la superioridad del trabajo masculino.
La precariedad del sector de los cuidados ha quedado al desnudo durante la epidemia
SindiLlar, SindicatoSad y Las Kellys, que representan a mujeres cuidadoras y limpiadoras en un sector con un alto índice de población migrante, han denunciado que la infravaloración y la falta de derechos laborales que sufre este sector clave para sostener la vida ha generado un mayor impacto negativo en muchas trabajadoras, que no han tenido derecho a la baja laboral por covid ni a las ayudas. En palabras de una trabajadora del Sindicato Sad: " ¿De qué sirve una ley de igualdad si no nos escuchan?".
EXCLUSIÓN
La población en riesgo de exclusión ha sido la más golpeada por las medidas de control del coronavirus, especialmente el confinamiento y la limitación de la libertad de movimientos. Pero también ha aflorado otro tipo de exclusión: la discriminación por edad de las personas mayores a la hora de recibir tratamiento médico en residencias (donde las mujeres son casi el 70%) y hospitales, y la de los niños y jóvenes que han sido señalados como focos de contagio.
Un informe de la entidad Trabajando en Positivo apunta a que los colectivos más afectados son las personas trabajadoras sexuales y la población migrante. En este ámbito, los datos son escasos, puntuales y poco representativos, y los análisis son de carácter más cualitativo.
Faltan estudios sobre los colectivos excluidos
El sector de la prostitución presencial está atravesado por los ejes de género, origen, clase social e identidad sexual, lo que lo convierte en la diana perfecta de la crisis. Sobre la situación de las mujeres obligadas a prostituirse planea un silencio aterrador, mientras que las que se organizan denuncian no solo la pérdida de ingresos sino también el aumento de la discriminación, al tiempo que reclaman derechos laborales y una renta básica.