OPINIÓN....

OPINIÓN.

EDITORIALES/TRIBUNAS.

Escondan los piolets.

OKDIARIO. ACTUALIZADO: 06/08/2021 07:45.

Cada vez se entiende mejor lo que quiso decir Pedro Sánchez cuando reivindicó la II República hablando de «un vínculo luminoso con nuestro pasado». Una cursilada marca de la casa con la que recordaba el cordón umbilical que une al actual PSOE con aquel de Largo Caballero que acabó convertido en una franquicia de la Rusia comunista de Stalin. No pretendemos exigirle a alguien que tuvo que recurrir al plagio para acabar su tesis de doctorado saber que ese luminoso pasado que conmemora emocionado incluye hechos tan vergonzosos como el golpe que dan las izquierdas contra la II República por la victoria de las derechas en las elecciones de 1933 —y que acabó en matanzas como las de Asturias— o el asesinato de José Calvo Sotelo, líder de Renovación Española, el 13 de julio de 1936, a manos de un miembro de las milicias socialistas descerrajándole dos disparos por la espalda, el primero de ellos en la nuca.

La foto de la portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Hana Jalloul, en un acto homenaje a las «13 rosas» en el 82 aniversario de su muerte organizado por el Partido Comunista de Madrid (PCM) en el Cementerio del Este es la foto de familia en la que sólo faltó un recuerdo por el genocida Largo Caballero, el mismo que dijo sin sonrojarse que «el comunismo es la evolución natural del socialismo, su última y definitiva etapa… Si ganan las derechas, tendremos que ir a la guerra civil». A los socialistas y comunistas se les olvida que la barbarie que se llevó la vida de las «13 rosas», las jóvenes fusiladas hace 82 años en Madrid, fue animada y promovida entre otros por un PSOE que admitía sin tapujos que la democracia era una etapa que debía ser superada para alcanzar la dictadura del proletariado. Por eso resulta tan grotesca como esclarecedora la imagen de Jalloul posando al lado de comunistas con el puño en alto, congelados en el tiempo luchando contra las oscuras fuerzas del fascismo, el clero y la monarquía. Todos sonrientes… escondiendo los piolets.