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El legislador desatado.

Por Manuel Aragon.

"En un panorama de degradación institucional, la Ley está perdiendo la dignidad que debe acompañarla porque en ella descansan su legitimidad para ser obedecida y su eficacia como elemento útil de resolución pacífica de los conflictos y de garantía de los derechos de los ciudadanos. A la hora de elaborar las leyes, la desnuda voluntad política prevalece, en muchas ocasiones, sobre la razón jurídica, de lo que estamos teniendo diversos ejemplos, entre ellos el de la ley de Amnistia".

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El artículo al que pertenece esta cabecera, es muy amplio y a mi parecer muy interesante, a quien le interese puede verlo en ABC de hoy día 10/7