LAS OSCURAS LUCES DE PABLO CASADO
Se puede ser corto de luces, como es el caso de quien lidera actualmente el Partido Popular, o estar muy ofuscado de luces para negarse a toda negociación sobre los presupuestos generales porque forma parte del Gobierno de la nación un partido que se confiesa republicano. Esto que dijo Casado hace unos días debería ser noticia en los principales diarios de Europa y merecer, acto seguido, la más severas críticas por parte de aquellas formaciones políticas conservadores europeas con las que está vinculado el Partido Popular. Alegar eso no sería nada extraño en un partido de extrema derecha, habida cuenta la falta de consideración y hasta el desprecio que sienten los de ese ideario por la democracia, pero es totalmente impresentable en el líder del principal partido de la oposición, revelando con ello hasta qué punto el más de medio centenar de diputados de Vox en el Congreso está suponiendo una peligrosa radicalización del Partido Popular, hasta el punto de poder llegar a estar reñido -como es el caso- con el compromiso y pensamiento democrático al que se debe. Lo peor de una declaración como la que comento es que por la cabeza de Pablo Casado no ha pasado por un momento pedir disculpas por tamaña barbaridad, por lo que más que padecer una ofuscación de sus luces habría que pensar que la suyas son unas luces muy oscuras.
Se puede ser corto de luces, como es el caso de quien lidera actualmente el Partido Popular, o estar muy ofuscado de luces para negarse a toda negociación sobre los presupuestos generales porque forma parte del Gobierno de la nación un partido que se confiesa republicano. Esto que dijo Casado hace unos días debería ser noticia en los principales diarios de Europa y merecer, acto seguido, la más severas críticas por parte de aquellas formaciones políticas conservadores europeas con las que está vinculado el Partido Popular. Alegar eso no sería nada extraño en un partido de extrema derecha, habida cuenta la falta de consideración y hasta el desprecio que sienten los de ese ideario por la democracia, pero es totalmente impresentable en el líder del principal partido de la oposición, revelando con ello hasta qué punto el más de medio centenar de diputados de Vox en el Congreso está suponiendo una peligrosa radicalización del Partido Popular, hasta el punto de poder llegar a estar reñido -como es el caso- con el compromiso y pensamiento democrático al que se debe. Lo peor de una declaración como la que comento es que por la cabeza de Pablo Casado no ha pasado por un momento pedir disculpas por tamaña barbaridad, por lo que más que padecer una ofuscación de sus luces habría que pensar que la suyas son unas luces muy oscuras.