Hombre, claro, Angel, si hablas sin ton ni son, si escribes no importa qué, es evidente que cualquiera con un poco de sentido y de seso, te lo puede enmendar, si es que se digna a leerlo siquiera.
Pero, por regla general, sé de lo que escribo y procuro saber de lo que hablo, y si no lo sé me callo y no lo escribo, y si me equivoco lo corrijo. Soy responsable de lo que digo y escribo, no de lo que otros interpretan.
La necedad, nos lleva muchas veces por vericuetos insospechados.