EDITORIAL ABC.
Si hay algún golpista, ese es Iglesias.
El enfrentamiento entre españoles es la manera de Iglesias de entender el poder y de alterar los códigos con los que nuestra democracia se ha convertido en un ejemplo de convivencia.
ABC.
Actualizado: 29/05/2020 23:07h.
Iglesias ha dejado claro que Sánchez no tiene ningún tipo de ascendencia sobre él y que sigue milimétricamente su hoja de ruta para imponer un cambio de régimen. Iglesias no solo ha embestido siempre contra los consensos de la Transición, contra la Constitución como eje vertebrador de España, contra la Monarquía y contra el poder judicial. También está utilizando las instituciones para instaurar un guerracivilismo ya superado y para generar odio ideológico en las calles. El enfrentamiento entre españoles es su manera de entender el poder y de alterar los códigos con los que nuestra democracia se ha convertido en un ejemplo de convivencia, de lucha contra el terror y de reafirmación nacional. Incomprensiblemente, hoy todos estos valores están en riesgo por el expreso deseo de Sánchez de sacrificar al PSOE constitucionalista y sustituirlo por un socialismo revanchista y cainita. La atmósfera ya es conflictiva en las instituciones y en la calle. Es alarmante la irresponsabilidad de Sánchez al permitir que su vicepresidente alimente la teoría de que la derecha desearía dar un golpe de Estado a través de una asonada militar.
Iglesias es un provocador. Nació en la agitación política y callejera, presumió de revolucionario, anheló tomar «el cielo por asalto» y diseñó un partido a su medida: autocrático, heredero del más rancio comunismo, simpatizante del terrorismo etarra, y proclive al independentismo, como ayer quedó claro al pedir la excarcelación de los «Jordis», condenados por intentar dar un golpe en Cataluña, precisamente. El partido de Iglesias puede bromear con la guillotina para la Familia Real, mofarse de los asesinados por ETA, propugnar la fractura de España, imponer la bandera republicana y amedrentar a los militares, a los jueces y a las Fuerzas de Seguridad acusándoles de ser cómplices de un golpe de Estado. Y no pasa nada. Está demostrando que Podemos es idéntico a las «cloacas» que siempre denunció, y es intocable mientras destroza España. Tiene patente de corso para reventar la comisión de reconstrucción nacional o para criminalizar a los Tribunales si no le dan la razón, y su partido nunca será responsable de un contagio masivo de coronavirus en las manifestaciones del 8-M… El diagnóstico es peligroso.
Iglesias es una farsa en sí mismo. Convertido en ese burócrata tras el que se esconde un pésimo gestor, ha visto cómo zonas «obreras» de Madrid se echaban a la calle para criticarle. Por eso necesita recuperar su perfil más antisistema, chulesco y antidemocrático. Pero juega con dinamita acusando al Ejército y a la oposición de ser desleales a la democracia porque es Podemos quien pisotea la lealtad a diario. Iglesias representa la huida hacia delante de un nuevo burgués al que desprecia la mitad de su Gobierno. Si en España hay algún golpista, ese es Pablo Iglesias.
Si hay algún golpista, ese es Iglesias.
El enfrentamiento entre españoles es la manera de Iglesias de entender el poder y de alterar los códigos con los que nuestra democracia se ha convertido en un ejemplo de convivencia.
ABC.
Actualizado: 29/05/2020 23:07h.
Iglesias ha dejado claro que Sánchez no tiene ningún tipo de ascendencia sobre él y que sigue milimétricamente su hoja de ruta para imponer un cambio de régimen. Iglesias no solo ha embestido siempre contra los consensos de la Transición, contra la Constitución como eje vertebrador de España, contra la Monarquía y contra el poder judicial. También está utilizando las instituciones para instaurar un guerracivilismo ya superado y para generar odio ideológico en las calles. El enfrentamiento entre españoles es su manera de entender el poder y de alterar los códigos con los que nuestra democracia se ha convertido en un ejemplo de convivencia, de lucha contra el terror y de reafirmación nacional. Incomprensiblemente, hoy todos estos valores están en riesgo por el expreso deseo de Sánchez de sacrificar al PSOE constitucionalista y sustituirlo por un socialismo revanchista y cainita. La atmósfera ya es conflictiva en las instituciones y en la calle. Es alarmante la irresponsabilidad de Sánchez al permitir que su vicepresidente alimente la teoría de que la derecha desearía dar un golpe de Estado a través de una asonada militar.
Iglesias es un provocador. Nació en la agitación política y callejera, presumió de revolucionario, anheló tomar «el cielo por asalto» y diseñó un partido a su medida: autocrático, heredero del más rancio comunismo, simpatizante del terrorismo etarra, y proclive al independentismo, como ayer quedó claro al pedir la excarcelación de los «Jordis», condenados por intentar dar un golpe en Cataluña, precisamente. El partido de Iglesias puede bromear con la guillotina para la Familia Real, mofarse de los asesinados por ETA, propugnar la fractura de España, imponer la bandera republicana y amedrentar a los militares, a los jueces y a las Fuerzas de Seguridad acusándoles de ser cómplices de un golpe de Estado. Y no pasa nada. Está demostrando que Podemos es idéntico a las «cloacas» que siempre denunció, y es intocable mientras destroza España. Tiene patente de corso para reventar la comisión de reconstrucción nacional o para criminalizar a los Tribunales si no le dan la razón, y su partido nunca será responsable de un contagio masivo de coronavirus en las manifestaciones del 8-M… El diagnóstico es peligroso.
Iglesias es una farsa en sí mismo. Convertido en ese burócrata tras el que se esconde un pésimo gestor, ha visto cómo zonas «obreras» de Madrid se echaban a la calle para criticarle. Por eso necesita recuperar su perfil más antisistema, chulesco y antidemocrático. Pero juega con dinamita acusando al Ejército y a la oposición de ser desleales a la democracia porque es Podemos quien pisotea la lealtad a diario. Iglesias representa la huida hacia delante de un nuevo burgués al que desprecia la mitad de su Gobierno. Si en España hay algún golpista, ese es Pablo Iglesias.
ABC que va a decir. Perseguir a Iglesias es su principal fuente de información. Algo de lo que dice es cierto. Sin ser periodista y libre de sospecha de ser de la derechona ´ya lo he dicho yo en este foro. Iglesias es un gilipollas que tiene similitudes con Aznar, tambien pequeñillo, y echao pa lante, ambos dan la impresión de ser chulos de burdel dispuestos a sacar la faca al menor movimiento del concurrente.
Son personajes que no hablan, discuten, riñen, o sentencian.
Iglesias no dialoga, habla como si estaría echando un mitin. Esto es practica habitual de VOX.
Los del derechista periódico saben que no es precisamente el partido de Iglesias el que estaría dispuesto a conceder independencia alguna. Saben que es pura estrategia politica. Si es cierto que soltaría a los presos independentistas y etarras y establecería su república. Pero salvo la república si el es él presidente, de autonomía iba a haber poca, en esto se aproxima a VOX, y no es menos cierto que los liberados de la cárcel en cuanto empezarían a molestarle, porque de lo suyo no hay nada, los volvería a encerrar otra vez.
El comunismo no es descentralizador si no unitario. Pasada mas de la mitad de la guerra civil comenzaron a llegar asesores rusos, que acabaron con el desmadre del ejercito rojo disperso en mil fracciones. Los nacionalistas que tenían sus batallones particulares, no recibían las ayudas que pedían, y los batallones que quedaron despues de la rendición en Santoña fueron incorporados a otros batallones de combate. Entonces en que quedamos,? Es Iglesias comunista ¿
Son personajes que no hablan, discuten, riñen, o sentencian.
Iglesias no dialoga, habla como si estaría echando un mitin. Esto es practica habitual de VOX.
Los del derechista periódico saben que no es precisamente el partido de Iglesias el que estaría dispuesto a conceder independencia alguna. Saben que es pura estrategia politica. Si es cierto que soltaría a los presos independentistas y etarras y establecería su república. Pero salvo la república si el es él presidente, de autonomía iba a haber poca, en esto se aproxima a VOX, y no es menos cierto que los liberados de la cárcel en cuanto empezarían a molestarle, porque de lo suyo no hay nada, los volvería a encerrar otra vez.
El comunismo no es descentralizador si no unitario. Pasada mas de la mitad de la guerra civil comenzaron a llegar asesores rusos, que acabaron con el desmadre del ejercito rojo disperso en mil fracciones. Los nacionalistas que tenían sus batallones particulares, no recibían las ayudas que pedían, y los batallones que quedaron despues de la rendición en Santoña fueron incorporados a otros batallones de combate. Entonces en que quedamos,? Es Iglesias comunista ¿