Una história.- Noche del 5 de enero: frío... y una
luna preciosa que parece hacerme un guiño. La miro, me estremezco al tiempo que escucho: ¡a cenar! entro en casa y me siento -nervioso- a la mesa, junto a mi padre. Le miro y -veo- una sonrrisa que -corriendo- me conforta y me predispone a la pregunta: ¿Papá, los
Reyes Magos, pasarán por casa...? mi madre responde, si dar tiempo a mi padre: ¡claro, hijo, claro que pasarán...! Tomo la sopa caliente, sin saber lo que hago. Termino y pido permiso para
... (ver texto completo)