¡Estos futurologos! Como luego nadie se acuerda.....
Supongo que la metodología aplicada será la habitual. Es decir, se computa como --UN EMPLEO-- cualquier cosa, por semanas alternas, por días, por horas, contrato por reserva de empleo futuro, etc. El embuste y la desvergüenza no tiene límites. La realidad es, en el momento actual, que el cómputo anual de horas trabajadas es parecido, ligeramente decreciente al de los dos últimos años. La dura verdad es que el neoliberalismo rampante ha perdido la capacidad de crear puestos de trabajo: La durísima competencia internacional, avances tecnológicos (Automación, mecanización, robótica, etc.), de transformación de la organización del trabajo, y la huida de los capitales de inversón de la economía real hacia lo que se ha dado en llamar financiarización de la economía en la que obtener altas rentabilidades solo es cuestión de dar a la tecla de un ordenador, todo ello genera una situación y un horizonte desesperanzado y negro. Pero los profesionales de la política no dudan en largar lo que sea con tal de mantenerse cómodamente en las praderas donde pastan,... ¡en fín!
Supongo que la metodología aplicada será la habitual. Es decir, se computa como --UN EMPLEO-- cualquier cosa, por semanas alternas, por días, por horas, contrato por reserva de empleo futuro, etc. El embuste y la desvergüenza no tiene límites. La realidad es, en el momento actual, que el cómputo anual de horas trabajadas es parecido, ligeramente decreciente al de los dos últimos años. La dura verdad es que el neoliberalismo rampante ha perdido la capacidad de crear puestos de trabajo: La durísima competencia internacional, avances tecnológicos (Automación, mecanización, robótica, etc.), de transformación de la organización del trabajo, y la huida de los capitales de inversón de la economía real hacia lo que se ha dado en llamar financiarización de la economía en la que obtener altas rentabilidades solo es cuestión de dar a la tecla de un ordenador, todo ello genera una situación y un horizonte desesperanzado y negro. Pero los profesionales de la política no dudan en largar lo que sea con tal de mantenerse cómodamente en las praderas donde pastan,... ¡en fín!