El diálogo social encalla y complica las reformas pactadas que exige Bruselas. Al presidente del Gobierno se le complican las cosas. Necesita con urgencia los 140.000 millones que deben venir desde Europa para afrontar la recesión más profunda desde la Guerra Civil, pero hoy por hoy no cumple con las exigencias que impone Bruselas para recibir los fondos. Las autoridades europeas presionan al Ejecutivo con los detalles de las reformas, quieren avances ya y, sobre todo, exigen que los cambios estructurales se presenten con el sello del acuerdo de empresarios y sindicatos. Es una forma de garantizar su eficacia y el pacto con los agentes sociales será la llave para desbloquear las ayudas. La reforma estrella para Europa es la de pensiones. Ya no hay atajos. El sistema arrastra un déficit millonario e insostenible que está condicionando los números rojos del Estado y una deuda desbocada.