Me imagino la cara de felicidad de los que quebrantaron la Ley al verse en libertad, la misma que cualquier otro delincuente cuando sale de la cárcel, más en las condiciones de estos, quedando por encima de las Leyes que aconsejaban lo contrario.
Si, ya vi la cara de Armada, y eso si que fue un verdadero asalto a la democracia.