Más de cuatro de cada diez jubilados
españoles apenas logra llegar a final de mes.
La cifra se dispara al 47% en las poblaciones con menos de 50.000 habitantes, mientras que en las grandes ciudades solo el 35,8% de los pensionistas se declaran en estas circunstancias, según el Instituto SantaLucía.
Carlos Manso Chicote.
MADRID. Actualizado: 13/12/2019 09:19h.
Las dificultades para llegar a final de mes son una circunstancia común a diferentes grupos de población. Tal es el caso del 41% de los jubilados, que han admitido pasarlo mal para sobrevivir hasta la próxima nómina. La cifra se dispara al 47% en las poblaciones con menos de 50.000 habitantes, mientras que en las grandes ciudades - con más de 200.000 habitantes- este mismo dato cae hasta el 35,8% de los pensionistas. Esta es una de las principales conclusiones de una
encuesta elaborada por el Instituto SantaLucía.
En declaraciones a ABC, el director de esta centro de estudio sJosé Manuel Jiménez, estos datos reflejan que «la pensión de
jubilación en los muncipios más pequeños es inferior a la de las grandes ciudades, donde los salarios han sido más altos de media». Lo que no es compensado por el mayor coste de la vida. Jiménez ha puesto como ejemplo, las abismales diferencias entre lo que percibe un jubilado en las provincias de
Vizcaya y Ourense que roza casi el 45%.
Si embargo, a pesar de todo lo anterior, el 80% de los encuestados cree que disfruta de una buena calidad de vida y un 76% se considera más feliz que antes de jubilarse. Se repite igualmente los mismos matices entre grandes ciudades y poblaciones más modestas, de menos de 50.000 habitantes: En este último grupo, el 25% de los pensionistas consultados ha asegurado que no tiene calidad de vida por un 17% de quienes tienen su domicilio en una ciudad de más de 200.000 habitantes.
Sobre estas percepciones, Jiménez ha apuntado que podrían estar relacionadas con factores tan diferentes como el nivel de ingresos, el de servicios e infraestructuras o la disposición de una oferta de ocio y de prestaciones médicas próximas. Lo que, ha apuntado, «pueden ser determinantes para la población jubilada».
La planificación del ahorro, asignatura pendiente
En cualquier caso, la encuesta pone el acento sobre la mejorable planificación financiera de cuatro de cada diez jubilados quienes han reconocido que no han diseñado correctamente su retiro. Mientras un 28% han añadido que la edad de retiro les ha llegado sin ningún ahorro. Por contra, un 29% de los participantes en el estudio han afirmado que tienen unos ingresos estables y complementarios a su pensión. En cualquier caso, la mayoría de los encuestados (78%) estiman que sus ahorros pueden servir para el pago de un seguro de decesos por un 70% que lo extiende a tratamientos médicos. Sin embargo, la mitad (50,6%) ha añadido que no pueden permitirse los costes de una residencia o de los cuidades que por su edad requieran.
Jiménez lo ha ilustrado de la siguiente forma: se llega a la jubilación a los 64 años y cinco meses, con un colchón financiero de 53.356 euros de media y el hándicap de que nuestra esperanza de vida se enchancha pudiéndose disfrutar de un retiro de hasta 18 años. «Con esos 53.356 euros ahorrados, a lo largo de asi dos décadas como jubilado podríamos esperar solo unos 250 euros adicionales al mes», ha concluido.
Al respecto, el director del Instituto SantaLucía ha recordado que las
pensiones se calculan en base a los años cotizados y una media de los ingresos laborales del
trabajador. En este sentido, ha reconocido que «la buena planificación financiera ha sido una de las asignaturas pendientes de muchos jubilados» por su confianza en el sistema público.
Sin embargo, para este experto hay cada vez más conciencia de la necesidad de ahorrar en las nuevas generaciones de pensionistas. También ha admitido la existencia todavía de una brecha de género de hasta 15.712 euros de diferencia en el colchón financiero con el que los nuevos jubilados se retiran: ellos se retiran con un ahorro medio de 58.747 euros frente a los 43.035 euros de ellas.