PENSIONES DE VIUDEDAD.
A partir de 1967, el primer requisito desaparece, y la pensión viudedad se convierte en un derecho pleno, con algunos matices. En aquel momento incluso las mujeres la podían perder si mostraban una conducta deshonesta o inmoral, algo que lógicamente ha desaparecido, aunque algunas de las cláusulas recogidas todavía se mantienen más de cinco décadas después. En la actualidad, la prestación es compatible con cualquier trabajo por cuenta ajena o propia y con las pensiones de jubilación o invalidez del superviviente y a fecha de hoy hasta 750.000 viudas y viudos están cobrando dos prestaciones, que en total no pueden sumar más de 2.707 euros.
¿Pero hasta que punto sigue siendo necesaria hoy una prestación pensada para las viudas que se quedaban sin ingresos? El desembarco de las mujeres en el mercado laboral ha cambiado drásticamente el panorama, pese a que circunstancias como el cuidado de hijos y mayores, que todavía a día de hoy sigue recayendo mayoritariamente entre las mujeres, hagan que su vida laboral sea más corta y por tanto sus pensiones menores; sean protagonistas del empleo parcial; trabajen en puestos menos cualificados y que sus sueldos sean más bajos que los de los hombres en diversos sectores.
España tiene uno de los mayores gastos con respecto al PIB en pensiones de viudedad. Las reformas en Bélgica, Francia y Alemania, lo han recortado
Mientras que el número de pensiones de viudedad ha ido descendido durante las últimas décadas, las de jubilación han subido exponencialmente. Solo 62.695 hombres cobran una pensión de viudedad, frente a 1.528.032 y de estas, la mitad reciben también otra prestación contributiva. Las que no la perciben, que son realmente para las que estaría pensada esta paga, apenas cobran 758 euros de media y no han trabajado o lo han hecho durante un tiempo inferior a 15 años. Esta situación ha llevado a numerosos organismos, entre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a cuestionar que siga existiendo o al menos de la forma que funciona en países como España.
Desde los años 90, el gasto en pensiones en España ha ido aumentando por un espectacular incremento de la esperanza de vida entre las mujeres y por la extensión de esta prestación a los hombres y a todos los modelo de pareja y familia. Esto ha propiciado que España tenga uno de los mayores gastos con respecto al Producto Interior Bruto (PIB) de los países desarrollados, dónde ya implantaron reformas incluso hace dos décadas. En Francia, Bélgica y Alemania precisamente ha disminuido el gasto gracias a los cambios introducidos en esta prestación.
Según destaca Leonor Fuster, catedrática por la Universidad Carlos III y doctora en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona, en un reciente artículo titulado 'Las pensiones de viudedad', los países europeos llevan a España un importante ventaja en la reforma de las prestaciones para viudos y viudas y llevan introduciendo cambios desde los años 90. Fuster describe al detalle el panorama español, destacando que todavía hay una brecha de género laboral y en las pensiones, que en muchos casos se ven compensadas con la prestación de viudedad, pero que la diferencia entre las cotizaciones entre hombres se va estrechando y en poco más de dos décadas casi la totalidad de las mujeres percibirán una pensión de jubilación y la de viudedad ya no será imprescindible para evitar la pobreza en la vejez.
La catedrática Fuster señala que algunos de los países europeos que iniciaron sus reformas en la década de los 90 optaron por valorar criterios de renta a la hora de conceder la prestación. Es el caso de Alemania y Francia. Este último país, como Bélgica, también ha contemplado un aumento de la edad en la que los beneficiarios empiezan a cobrar la pensión de supervivencia. En Noruega, destaca, se redujo la cuantía de la prestación para los menores de 55 años que no trabajen.
En Alemania, la pensión de matrimonio o compartida sustituye a la de viudedad, de forma voluntaria, desde 2002. No hay topes y se recibe el 50% del fondo común
A partir de 1967, el primer requisito desaparece, y la pensión viudedad se convierte en un derecho pleno, con algunos matices. En aquel momento incluso las mujeres la podían perder si mostraban una conducta deshonesta o inmoral, algo que lógicamente ha desaparecido, aunque algunas de las cláusulas recogidas todavía se mantienen más de cinco décadas después. En la actualidad, la prestación es compatible con cualquier trabajo por cuenta ajena o propia y con las pensiones de jubilación o invalidez del superviviente y a fecha de hoy hasta 750.000 viudas y viudos están cobrando dos prestaciones, que en total no pueden sumar más de 2.707 euros.
¿Pero hasta que punto sigue siendo necesaria hoy una prestación pensada para las viudas que se quedaban sin ingresos? El desembarco de las mujeres en el mercado laboral ha cambiado drásticamente el panorama, pese a que circunstancias como el cuidado de hijos y mayores, que todavía a día de hoy sigue recayendo mayoritariamente entre las mujeres, hagan que su vida laboral sea más corta y por tanto sus pensiones menores; sean protagonistas del empleo parcial; trabajen en puestos menos cualificados y que sus sueldos sean más bajos que los de los hombres en diversos sectores.
España tiene uno de los mayores gastos con respecto al PIB en pensiones de viudedad. Las reformas en Bélgica, Francia y Alemania, lo han recortado
Mientras que el número de pensiones de viudedad ha ido descendido durante las últimas décadas, las de jubilación han subido exponencialmente. Solo 62.695 hombres cobran una pensión de viudedad, frente a 1.528.032 y de estas, la mitad reciben también otra prestación contributiva. Las que no la perciben, que son realmente para las que estaría pensada esta paga, apenas cobran 758 euros de media y no han trabajado o lo han hecho durante un tiempo inferior a 15 años. Esta situación ha llevado a numerosos organismos, entre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a cuestionar que siga existiendo o al menos de la forma que funciona en países como España.
Desde los años 90, el gasto en pensiones en España ha ido aumentando por un espectacular incremento de la esperanza de vida entre las mujeres y por la extensión de esta prestación a los hombres y a todos los modelo de pareja y familia. Esto ha propiciado que España tenga uno de los mayores gastos con respecto al Producto Interior Bruto (PIB) de los países desarrollados, dónde ya implantaron reformas incluso hace dos décadas. En Francia, Bélgica y Alemania precisamente ha disminuido el gasto gracias a los cambios introducidos en esta prestación.
Según destaca Leonor Fuster, catedrática por la Universidad Carlos III y doctora en Economía por la Universidad Autónoma de Barcelona, en un reciente artículo titulado 'Las pensiones de viudedad', los países europeos llevan a España un importante ventaja en la reforma de las prestaciones para viudos y viudas y llevan introduciendo cambios desde los años 90. Fuster describe al detalle el panorama español, destacando que todavía hay una brecha de género laboral y en las pensiones, que en muchos casos se ven compensadas con la prestación de viudedad, pero que la diferencia entre las cotizaciones entre hombres se va estrechando y en poco más de dos décadas casi la totalidad de las mujeres percibirán una pensión de jubilación y la de viudedad ya no será imprescindible para evitar la pobreza en la vejez.
La catedrática Fuster señala que algunos de los países europeos que iniciaron sus reformas en la década de los 90 optaron por valorar criterios de renta a la hora de conceder la prestación. Es el caso de Alemania y Francia. Este último país, como Bélgica, también ha contemplado un aumento de la edad en la que los beneficiarios empiezan a cobrar la pensión de supervivencia. En Noruega, destaca, se redujo la cuantía de la prestación para los menores de 55 años que no trabajen.
En Alemania, la pensión de matrimonio o compartida sustituye a la de viudedad, de forma voluntaria, desde 2002. No hay topes y se recibe el 50% del fondo común
Zapatero bajó las pensiones y los sueldos de los funcionarios. Sánchez va por el mismo camino.
El que realmente las bajó durante 7 años, fue Rajoy.
Zapatero pagó igual las pensiones bajas y las subió muchísimo durante su gobierno.
Hay que decir toda la verdad.
Y Zapatero dejó 70 mil millones en nuestra hucha.
Zapatero pagó igual las pensiones bajas y las subió muchísimo durante su gobierno.
Hay que decir toda la verdad.
Y Zapatero dejó 70 mil millones en nuestra hucha.