Ayer durante la sesión de investidura caí en la cuenta de lo bien puesto que tienen el apellido algunas personas, me refiero al señor Rufián, ya que como tal se comporta cuando sube al estrado, es lamentable la actitud de ciertos elementos, yo pensaba que no se podía insultar sin ser amonestado, estas personas que insultan no son aptas para representarnos, malo es que se acostumbren, dura tarea la espera a Ana Pastor.