Maruja Torres: "Prefiero que se equivoque Podemos, ya sé cómo se equivoca Rajoy"
"Hemos crecido juntas...", suelta la espontánea Maruja Torres nada más recibirnos. Más que crecer, hemos envejecido, es el pensamiento que matiza, pero el cumplido suena igual de bien. Esta vez es una
mujer y
política, no una novela, la que nos sienta en el mismo sillón: la alcaldesa de
Madrid, protagonista de su
libro Manuela Carmena, en el diván de Maruja Torres (Planeta). Y es Maruja, la que toma la delantera: " ¿Sabes qué me mata, eso que han aprendido a
hablar a tanta velocidad en la radio? Es brutal, yo todavía estoy en la reflexión... Claro, empieza ella. El sacrificio, pagan fatal. En todas partes. Si he tenido que vender mi piso". ¿Cómo que ha tenido que vender su piso? No en plan ruinoso, es que como no tengo herederos, y me ha salido un comprador, pues así me voy de alquiler, que es como he estado siempre, y me voy de
viaje. Es que me lo compré cuando los
libros daban dinero, ¿te acuerdas? A los veinte decías: voy a coger a Lola Flores y la voy a poner contra las cuerdas, y luego piensas: pero qué estúpida fui. ¿Y este libro, no le dará dinero? ¿Tú crees? Ha trabajado mucho Carmena también. Es deshonesto cobrar yo y que ella no, así que vamos a medias. "Yo ya no quiero poner contra las cuerdas a nadie", dice nada más empezar el libro... Sí, ya no, es que a los veinte decías: voy a coger a Lola Flores y la voy a poner contra las cuerdas, y luego piensas: pero qué estúpida fui. Luego lo que quieres es que se luzca el entrevistado. Quedo en segundo plano. No se conocían, pero son de la misma generación... Ella y yo somos de una generación que ha compartido muchas cosas aunque no nos conociéramos. Quiero decir que este libro es así por eso también. Si, por ejemplo, tú lo hubieras hecho sería diferente, le habrías preguntado otras cosas. ¿Y ella habría aceptado que lo escribiera otra persona que no fuera usted? No lo sé. Ella dijo inmediatamente: encantada de colaborar con Maruja. Pero si lo hubiera hecho con otra persona no lo sé, tal y como es ella igual me habría contestado: y a ti qué te importa. Porque es cariñosa, pero... Sí, es muy cariñosa pero muy firme, y eso me gusta de ella. Cuando llevas media hora dándole la barrila dice: tengo otra reunión. Cuando la tuvo enfrente, ¿cuál fue la primera impresión? Qué bien estructurado tiene el discurso y qué memoria tan bestial. ¿Qué le ha dicho del libro? No sé si lo ha leído, su marido, sí. Ella tiene que trabajar. No pierde el tiempo de los
madrileños, que quede muy claro. Le dije que quería que este libro lo dejara como legado, y ella me dijo que no, que lo que quería era transmitir. Es muy noble. ¿Y qué ocurre que muchos no quieren verlo? Que vivimos en una época de cinismo tal que cuando encuentras una buena persona empiezas a sospechar que es mala. Y es increíble, porque nos hemos tragado de Ana Botella cosas indescriptibles, cosas sangrientas, ya no que se presentara en la
huelga de basureros con abrigo de pieles. Lo primero que hizo fue pedir que le quitaran la cámara de arriba y que nunca se le hicieran
fotos así. ¿Insegura? Lo que tiene es una raya que lo clarea... ¿La gente no se da cuenta de que podría estar gobernando
Esperanza Aguirre? Y eso fue lo que la decidió. Mucha gente se pregunta por qué dio ese paso... Lo dio por civismo y cariño a sus conciudadanos. ¿Y esperaba salir? No, pero yo creo que le encanta. ¿Y esperaba usted que se sacara de contexto el libro? ¿Por lo que hablamos de sexo? Bueno, gacetilleros los llamé, y me da igual, yo ya estoy muy mayor como para no decir lo que pienso. La profesión está peor cada día. Ahora ya no damos ruedas de
prensa, y cuando hay, viene gente muy espabiladita. Se han acostumbrado a no hablar con los
políticos, solo a ir a por quienes creen que pueden zaherir, y es lo que creen con Carmena. Nos hemos tragado de Ana Botella cosas indescriptibles, cosas sangrientas ¿Tanto la subestiman? Sí, y no le hace daño pero le preocupa el bajo nivel. Es la baratización de la vida. Si yo fuera de Madrid la aprovecharía. Y hay gente que lo hace, pero es una ciudad inmensa con un pufo que la han dejado y todo privatizado. Es una señora directa, sana y que es un espejo que les devuelve lo que son. Ante Carmena se crece la gente normal y bondadosa, el pueblo; y los retorcidos se ven. Su profesión, jueza, también ayuda... Claro, se humanizan, ven. Los mítines no le gustan, quiere conversar y no lleva argumentario. No es pontífice. Es diferente, del resto no me creo a ningún
político cuando habla de su vida privada. Rivera me da pánico, hay una frialdad en sus ojos y un ego, una insensible ambición. Tenía calidez Suárez, era uno de esos
hombres de ternura cristiana. Nunca lo voté pero me parecía un encantador de serpientes con un fondo de buena persona de provincias. Que lo comparen con Rivera, que lo veo a veces pasar por mi barrio con una rubia, y tan así... Esa cosa de los hombres tan altos que no ven lo que ocurre abajo. Y que igual le debe de pasar también a
Pedro Sánchez, ¿cómo ha llegado hasta donde está en tan poco tiempo? A ninguno más que a
Pablo Iglesias le han hecho una 'radiografía' tan exhaustiva... Sí, y Sánchez es un
hombre hecho a medida. ¿Dónde lo han ido a buscar? Esto lo sabe Susana Díaz y no lo dice. Rivera va a subir y está subiendo muchísimo. Pero Podemos, que los voy a volver a votar, porque no estoy en plan de pedir el cielo, sólo cierta decencia. Y que se han equivocado, claro, pero prefiero que se equivoque Podemos a Rajoy, que ya sé cómo se equivoca y me ha dejado hecha rastrojos. ¿Hubiera aceptado otro? No, me propusieron en otras épocas pero dije que no, políticos no. Muy pronto dejaron de interesarme. Cuando entro en El País es en cultura, estaba Solana, y ya vi cómo eran los políticos. Entrevisté alcaldes fachas y estupendos como Tierno, pero a él no ibas a preguntarle si se iba de putas. ¿Su talón de Aquiles? La sinceridad, pero es que si no dice lo que piensa, se muere. Y deberíamos estar encantados por tener una alcaldesa sincera y honesta. Siempre piensa que hay que intentarlo y hacer las cosas desde abajo, que es desde donde hay que hacerlo.