Gente de clase media ya rebusca comida en la basura de los súper
Ver más en: http://www. 20minutos. es/noticia/1029953/0/basura/su per/pobres/#xtor=AD-15&xts=467 263
Esperan como un clavo a que caiga la noche para llenar la cesta de la compra.
Son los madrileños a los que "la crisis y el desempleo" obligan a abastecerse con la comida caducada o a punto de hacerlo que las grandes y pequeñas superficies comerciales desechan a diario, según explican las principales ONG que trabajan en la región, los empleados de muchos supermercados y que comprobó in situ 20 minutos. Imágenes 1 Foto "Las personas sin hogar no rebuscan en la basura, porque no tienen ni casa ni nevera donde guardar lo que cogen", explican desde Solidarios para el Desarrollo.
"Se trata de un nuevo perfil, de parados y pensionistas que no llegan a fin de mes y se ven obligados a rebuscar en los contenedores", corrobora la Fundación Rais, uno de los colectivos que atiende a las 3.000 personas sin hogar que hay en la capital. Por eso saben bien que los nuevos pobres no forman parte de este colectivo. Necesitados con dignidad Donde sí se atreven a poner nombre a lo que está ocurriendo es en Cáritas Madrid. "Lo llamamos el pobre vergonzante.
Se avergüenzan de su nueva situación porque son personas normales, tu vecino o el mío, que de repente se ven en el límite de la exclusión y les da vergüenza tener que ir a un comedor social", explican. Por decirlo de otra manera, son madrileños que antes podían ayudar a otros y ahora necesitan que les asistan a ellos con algo básico como la comida. Y si no que se lo digan al Banco de Alimentos de la región, que no da abasto. Según explican, en 2010 repartieron 6.268 toneladas de comida (26,4 cada día laborable) frente a las 5.159 que dieron en 2008 (21,8).
Y en lo que va de año están repartiendo 25 diarias, pero porque los excedentes que reciben de los hipermercados son menores, ya que mucha gente lo retira en la propia puerta del súper. Por eso ellos tienen ahora entre 30 y 40 ONG esperando víveres. Son muy organizados y se reparten lo que sacamos sin pelearse", cuenta una encargada de un supermercado Y es que encontrar en las calles de Madrid a los nuevos rebuscadores de la basura no es difícil, según comprobó este diario hace unos días.
"No me saques en tu reportaje, tengo derecho a mi intimidad... y he venido con mi hija pequeña", suplicaba al borde de las lágrimas una mujer vestida de riguroso luto con la que este diario se encontró esperando en unos grandes almacenes. "Me va ver mi vecino", se lamentaba otro sexagenario que esperaba también en las inmediaciones. Avergonzada se escondía al mismo tiempo la pareja de músicos búlgaros a los que puede verse todos los días en el suburbano: "Es la primera vez que venimos...", se justificaban mientras llenaban el carro de la compra con fiambres, leche, frutas y verduras.
"Son muy organizados y se reparten lo que sacamos sin pelearse", cuenta Eugenia, encargada del turno de tarde de otro súper de Barceló. "Llevo dos años viendo como cada vez viene más gente necesitada a por comida", asegura. Una necesidad que confirman los datos que Cruz Roja Madrid pone sobre la mesa. Sólo el año pasado ellos atendieron a 68.843 personas con sus programas de intervención social, un 40,5% más que las personas asistidas en 2008. Vivir con 370 euros al mes
Entre quienes revuelven en la basura está Daniela, una sexagenaria polaca que asegura recibir la Renta Mínima de Inserción. Esta ayuda, de 370 euros el año pasado, llegó en 2010 a 14.050 familias de la región (40.000 personas). Un año antes la recibían 10.329 familias. Y es se estima que hasta un millón de madrileños bordea la pobreza.
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Esperan como un clavo a que caiga la noche para llenar la cesta de la compra.
Son los madrileños a los que "la crisis y el desempleo" obligan a abastecerse con la comida caducada o a punto de hacerlo que las grandes y pequeñas superficies comerciales desechan a diario, según explican las principales ONG que trabajan en la región, los empleados de muchos supermercados y que comprobó in situ 20 minutos. Imágenes 1 Foto "Las personas sin hogar no rebuscan en la basura, porque no tienen ni casa ni nevera donde guardar lo que cogen", explican desde Solidarios para el Desarrollo.
"Se trata de un nuevo perfil, de parados y pensionistas que no llegan a fin de mes y se ven obligados a rebuscar en los contenedores", corrobora la Fundación Rais, uno de los colectivos que atiende a las 3.000 personas sin hogar que hay en la capital. Por eso saben bien que los nuevos pobres no forman parte de este colectivo. Necesitados con dignidad Donde sí se atreven a poner nombre a lo que está ocurriendo es en Cáritas Madrid. "Lo llamamos el pobre vergonzante.
Se avergüenzan de su nueva situación porque son personas normales, tu vecino o el mío, que de repente se ven en el límite de la exclusión y les da vergüenza tener que ir a un comedor social", explican. Por decirlo de otra manera, son madrileños que antes podían ayudar a otros y ahora necesitan que les asistan a ellos con algo básico como la comida. Y si no que se lo digan al Banco de Alimentos de la región, que no da abasto. Según explican, en 2010 repartieron 6.268 toneladas de comida (26,4 cada día laborable) frente a las 5.159 que dieron en 2008 (21,8).
Y en lo que va de año están repartiendo 25 diarias, pero porque los excedentes que reciben de los hipermercados son menores, ya que mucha gente lo retira en la propia puerta del súper. Por eso ellos tienen ahora entre 30 y 40 ONG esperando víveres. Son muy organizados y se reparten lo que sacamos sin pelearse", cuenta una encargada de un supermercado Y es que encontrar en las calles de Madrid a los nuevos rebuscadores de la basura no es difícil, según comprobó este diario hace unos días.
"No me saques en tu reportaje, tengo derecho a mi intimidad... y he venido con mi hija pequeña", suplicaba al borde de las lágrimas una mujer vestida de riguroso luto con la que este diario se encontró esperando en unos grandes almacenes. "Me va ver mi vecino", se lamentaba otro sexagenario que esperaba también en las inmediaciones. Avergonzada se escondía al mismo tiempo la pareja de músicos búlgaros a los que puede verse todos los días en el suburbano: "Es la primera vez que venimos...", se justificaban mientras llenaban el carro de la compra con fiambres, leche, frutas y verduras.
"Son muy organizados y se reparten lo que sacamos sin pelearse", cuenta Eugenia, encargada del turno de tarde de otro súper de Barceló. "Llevo dos años viendo como cada vez viene más gente necesitada a por comida", asegura. Una necesidad que confirman los datos que Cruz Roja Madrid pone sobre la mesa. Sólo el año pasado ellos atendieron a 68.843 personas con sus programas de intervención social, un 40,5% más que las personas asistidas en 2008. Vivir con 370 euros al mes
Entre quienes revuelven en la basura está Daniela, una sexagenaria polaca que asegura recibir la Renta Mínima de Inserción. Esta ayuda, de 370 euros el año pasado, llegó en 2010 a 14.050 familias de la región (40.000 personas). Un año antes la recibían 10.329 familias. Y es se estima que hasta un millón de madrileños bordea la pobreza.
FERISA. ¿Y qué aportas tú para que gente de la clase media no rebusque en los contenedores?