Vaya, ya salió Zapatero y sus "derroches".
Los delitos de corrupción son muy difíciles de gestionar porque muchos procuradores se emplean en inundar de folios innecesarios con la sola intención de, por un lado, descolocar al juez y su equipo (traducción= marear la perdiz) y por otro alargando el tiempo hasta que esos delitos prescriban. La sola solución es que la cantidad de jueces sea proporcional a la dificultad del delito.
Los delitos de corrupción son muy difíciles de gestionar porque muchos procuradores se emplean en inundar de folios innecesarios con la sola intención de, por un lado, descolocar al juez y su equipo (traducción= marear la perdiz) y por otro alargando el tiempo hasta que esos delitos prescriban. La sola solución es que la cantidad de jueces sea proporcional a la dificultad del delito.