Podemos, "unos canallas sin escrúpulos" que "trafican con cadáveres de negros"
La irrupción del Gobierno cual elefante en cacharrería en el proceso judicial contra el golpe en Cataluña deja a todos de piedra.
Pilar Díez Seguir a mpilardiez 2018-03-21.
El Mundo dice que "el fiscal general exagera una enfermedad para sacar de la cárcel a Forn". Que el Gobierno se ha cansado de que la justicia actúe por su cuenta y ha decidido meter mano. Como dice Federico Jiménez Losantos, "Rajoy está dispuesto a repetir su infame actuación en el caso Bolinaga, cuando sacó de la cárcel al carcelero de Ortega Lara". Fiscales y jueces actuando con independencia. Intolerable. Francisco Rosell explica en su editorial que el cambio radical de la actitud del Gobierno se debe a su deseo de "desbloquear la situación en Cataluña", quitarse de encima el 155 y poder aprobar los presupuestos. "No se entiende este cambio de criterio de la Fiscalía", pero es sospechoso que "coincida con el interés del ejecutivo". "La estabilidad es la principal aspiración de cualquier Estado, pero ésta no debe canjearse al precio que fijen los nacionalistas". ¿Pues no es lo que ha pasado siempre? Margarita Robles desmiente a El País en la columna de Raúl del Pozo. Dice que en el PSOE están superbien, que se llevan chupi, una piña, una familia, un remando se paz. "Me hace hasta gracia. Ésa es una información de encargo, que no se corresponde con la realidad. Los diputados del grupo socialista están muy molestos por la falsedad". Vamos, que Cebrián es un embustero.
El País no se da por aludido y sigue tocando los bemoles al PSOE. "El PSOE veta en el Congreso a Guerra y otros dirigentes. Tensa reunión del grupo socialista en el Senado. Robles reta a los críticos a salir a la luz y dice sentirse absolutamente respaldada". A eso se le llama meter cizaña, sí señor. Ni pío de la jugarreta del fiscal general en portada. Dentro dice que "el Fiscal General ordena pedir al Supremo que excarcele a Forn". Sin rodeos. Esto es una orden, punto.
ABC: "El fiscal general impone que se pida la libertad de Forn". Bieito Rubido no disimula su descomunal cabreo. "Forn representa un factor estratégico del entramado golpista del separatismo catalán (…) El cambio de criterio debería ser objeto de una explicación", porque se ha demostrado que "el apaciguamiento, sea político o judicial, no funciona con quienes se han mostrado comprometidos con el objetivo de romper la unidad de España (...) La fiscalía ha puesto en una situación delicada a la sala segunda del Tribunal Supremo", que tiene que estar que trina. Jaime González deja a Podemos como un trapo en una columna durísima. "Sobre el cuerpo muerto de Mmame Mbaya, el senegalés de Lavapiés al que se le rompió el corazón, Podemos ha fabricado un relato obsceno, una historia indecente cuyo guión es propio de un grupo de canallas desprovisto del más mínimo escrúpulo", deberían ser "expulsados de la vida pública" por "traficar electoralmente con la muerte de un inmigrante". Ojalá, Jaime, pero hay cinco millones de compatriotas que han perdido la cabeza por completo. "Su sectarismo es tan grande que alguna concejala habría deseado que el joven senegalés hubiera muerto corriendo delante de la policía municipal y no entre los brazos de los agentes que le socorrieron en el suelo". Y algún periodista, Jaime, que la rueda de prensa del viernes fue bochornosa. "La susodicha", en referencia a Rommy Arce aunque no la menciona, "sabía desde el primer momento la verdad, pero amontona tanto odio que optó por fabricar un miserable relato de hechos para que Lavapiés se convirtiera en un polvorín para rentabilizar la mentira". Y termina diciendo que si Mmame Mbaya viviera diría: "Por encima de mi cadáver, ¡basta de traficantes de negros!". Te pondría un montón de me gusta, Jaime, hoy que tan de actualidad está Facebook.
La Razón titula: "Investidura de pasión". Da por hecho que "Forn quedará en libertad tras un giro radical de la Fiscalía por orden de Melgar". Marhuenda se hace el loco con el tema y ni lo comenta. Pedro Narváez aprovecha en una columna-batiburrillo para despreciar a Arrimadas por su "sesión fashion" en Telva. "Lideresa del partido de los guapos", dice con desdén. "Demuestra que podemos vivir sin ellos, que en realidad son un atrezzo, que lo mismo valen para una barricada que para un posado de supermodelo", en referencia a los partidos nuevos. "Las ministras Vogue al menos esperaron a entrar en Moncloa para hacerse la foto". Sí, Soraya Sáenz de Santamaría tampoco esperó a ser vicepresidenta del Gobierno de Rajoy para posar en deshabillé luciendo pantorrilla en la portada de El Mundo.
La irrupción del Gobierno cual elefante en cacharrería en el proceso judicial contra el golpe en Cataluña deja a todos de piedra.
Pilar Díez Seguir a mpilardiez 2018-03-21.
El Mundo dice que "el fiscal general exagera una enfermedad para sacar de la cárcel a Forn". Que el Gobierno se ha cansado de que la justicia actúe por su cuenta y ha decidido meter mano. Como dice Federico Jiménez Losantos, "Rajoy está dispuesto a repetir su infame actuación en el caso Bolinaga, cuando sacó de la cárcel al carcelero de Ortega Lara". Fiscales y jueces actuando con independencia. Intolerable. Francisco Rosell explica en su editorial que el cambio radical de la actitud del Gobierno se debe a su deseo de "desbloquear la situación en Cataluña", quitarse de encima el 155 y poder aprobar los presupuestos. "No se entiende este cambio de criterio de la Fiscalía", pero es sospechoso que "coincida con el interés del ejecutivo". "La estabilidad es la principal aspiración de cualquier Estado, pero ésta no debe canjearse al precio que fijen los nacionalistas". ¿Pues no es lo que ha pasado siempre? Margarita Robles desmiente a El País en la columna de Raúl del Pozo. Dice que en el PSOE están superbien, que se llevan chupi, una piña, una familia, un remando se paz. "Me hace hasta gracia. Ésa es una información de encargo, que no se corresponde con la realidad. Los diputados del grupo socialista están muy molestos por la falsedad". Vamos, que Cebrián es un embustero.
El País no se da por aludido y sigue tocando los bemoles al PSOE. "El PSOE veta en el Congreso a Guerra y otros dirigentes. Tensa reunión del grupo socialista en el Senado. Robles reta a los críticos a salir a la luz y dice sentirse absolutamente respaldada". A eso se le llama meter cizaña, sí señor. Ni pío de la jugarreta del fiscal general en portada. Dentro dice que "el Fiscal General ordena pedir al Supremo que excarcele a Forn". Sin rodeos. Esto es una orden, punto.
ABC: "El fiscal general impone que se pida la libertad de Forn". Bieito Rubido no disimula su descomunal cabreo. "Forn representa un factor estratégico del entramado golpista del separatismo catalán (…) El cambio de criterio debería ser objeto de una explicación", porque se ha demostrado que "el apaciguamiento, sea político o judicial, no funciona con quienes se han mostrado comprometidos con el objetivo de romper la unidad de España (...) La fiscalía ha puesto en una situación delicada a la sala segunda del Tribunal Supremo", que tiene que estar que trina. Jaime González deja a Podemos como un trapo en una columna durísima. "Sobre el cuerpo muerto de Mmame Mbaya, el senegalés de Lavapiés al que se le rompió el corazón, Podemos ha fabricado un relato obsceno, una historia indecente cuyo guión es propio de un grupo de canallas desprovisto del más mínimo escrúpulo", deberían ser "expulsados de la vida pública" por "traficar electoralmente con la muerte de un inmigrante". Ojalá, Jaime, pero hay cinco millones de compatriotas que han perdido la cabeza por completo. "Su sectarismo es tan grande que alguna concejala habría deseado que el joven senegalés hubiera muerto corriendo delante de la policía municipal y no entre los brazos de los agentes que le socorrieron en el suelo". Y algún periodista, Jaime, que la rueda de prensa del viernes fue bochornosa. "La susodicha", en referencia a Rommy Arce aunque no la menciona, "sabía desde el primer momento la verdad, pero amontona tanto odio que optó por fabricar un miserable relato de hechos para que Lavapiés se convirtiera en un polvorín para rentabilizar la mentira". Y termina diciendo que si Mmame Mbaya viviera diría: "Por encima de mi cadáver, ¡basta de traficantes de negros!". Te pondría un montón de me gusta, Jaime, hoy que tan de actualidad está Facebook.
La Razón titula: "Investidura de pasión". Da por hecho que "Forn quedará en libertad tras un giro radical de la Fiscalía por orden de Melgar". Marhuenda se hace el loco con el tema y ni lo comenta. Pedro Narváez aprovecha en una columna-batiburrillo para despreciar a Arrimadas por su "sesión fashion" en Telva. "Lideresa del partido de los guapos", dice con desdén. "Demuestra que podemos vivir sin ellos, que en realidad son un atrezzo, que lo mismo valen para una barricada que para un posado de supermodelo", en referencia a los partidos nuevos. "Las ministras Vogue al menos esperaron a entrar en Moncloa para hacerse la foto". Sí, Soraya Sáenz de Santamaría tampoco esperó a ser vicepresidenta del Gobierno de Rajoy para posar en deshabillé luciendo pantorrilla en la portada de El Mundo.
¿No nos cuentas Triana qué pasa con Cristina Cifuentes?
Tanto tú como Sanfram os estàis quedando un poco escuetitos.
Saludos.
Tanto tú como Sanfram os estàis quedando un poco escuetitos.
Saludos.
Clara, ¿te refieres a esto?
Currículos falseados: el mal que afecta a todos los partidos y legislaturas.
Desde ministros a presidentes de comunidades, pasando por diputados: mentir sobre los méritos académicos ha conllevado la dimisión de muchos cargos políticos en España y Europa.
I. V.
MADRID.
Actualizado:
21/03/2018 16:52h.
De ser finalmente cierto, el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, no es ni mucho menos el primero. En el «exclusivo» club de políticos que han falseado su currículo para llegar a lo más alto encontramos a cargos tan importantes como el exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán, o la que fuera vicepresidenta de la Generalitat Joana Ortega, entre otros muchos. Ni el primero era licenciado en Económicas ni la segunda en Psicología.
Uno caso de los más sonados fuera de España fue el de Karl Theodor zu Guttenberg, una de las estrellas indiscutibles del Gobierno de Angela Merkel. El que fuera ministro de Defensa tuvo que dimitir, en 2011, después de que se hiciera público que había copiado algunos pasajes de su tesis doctoral. El trabajo, sobre los sistemas constitucionales de Estados Unidos y la Unión Europea, le valió la mejor nota de la Universidad de Bayreuth en 2007, pero un catedrático de la Universidad de Bremen lo acusó después de haber copiado de otros autores sin citarlos. Según este, incluía hasta 97 líneas idénticas de un artículo del diario suizo «Neue Zürcher Zeitung».
No es el único caso de Alemania. Petra Hinz, diputada del Partido Socialdemócrata (SPD), dejó su cargo hace menos de dos años, después de confesar que se había inventado su currículum académico como jurista. En medio del fuerte revuelo, la veterana política —que llevaba una década como parlamentaria en el Bundestag— hizo públicas sus disculpas y pidió a todos sus compañeros, colaboradores y amigos que «confiaran» en ella. Aunque defendió también su integridad en el cargo político que había desempeñado, reconoció que ni siquiera tenía el título de bachillerato. «La señora Hinz desconoce ahora mismo qué razones la impulsaron en su momento a dar estas informaciones falsas sobre sus certificados académicos», apuntó más tarde su abogado.
A Cifuentes, cuya culpabilidad todavía está por demostrar, se la acusa de haber obtenido un título de máster con notas falsificadas. En concreto, según informa «Eldiario. es», de haber cambiado dos «no presentados» de dos asignaturas supuestamente pendientes de aprobar por dos «notables» mediante la intervención de una funcionaria. En su ayuda han salido el rector y los profesores del centro, que han explicado este miércoles que la presidenta se matriculó en dicho máster en el curso 2011-2012 y que aprobó «todo» en julio de ese año. Sin embargo, las dos calificaciones se quedaron sin nota por un fallo en la transcripción de las mismas al sistema informático. El error se detectó después, cuando al hacer el título se observó que las dos asignaturas aparecían con la nota de «no presentada».
Elena Valenciano
La lista de políticos que han falseado sus currículos alcanza a todos los partidos políticos y a casi todas las legislaturas en España. En 2012, por ejemplo, Elena Valenciano (PSOE) se presentaba en la página web del Parlamento Europeo como «licenciada en Derecho y Ciencias Políticas», dos carreras que jamás ha terminado. La eurodiputada se defendió alegando que dicha información se debía a un fallo en la traducción, puesto que ella tan sólo había declarado que tenía «estudios en Derecho y Ciencias Políticas».
El que fuera candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía en 2015, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), también incluyó en sus biografías del Congreso una licenciatura en Dirección y Administración de Empresas (ADE). En las siguientes actualizaciones sus méritos académicos fueron disminuyendo hasta incluir tan sólo un grado en Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela. Lo había obtenido tan sólo tres años antes.
El secretario de Estado de la Seguridad Social con el PP, Tomás Burgos, hizo constar en sus fichas del Congreso de los Diputados, durante tres legislaturas (1993-2004), una licenciatura que jamás se había sacado: Medicina. Cuando fue nombrado Secretario de Estado de la Seguridad Social, se rectificó, cambiando la profesión de «médico» por la de expresión de «tiene formación universitaria en Medicina». Su compañero de partido, el expresidente del PP de Málaga, Joaquín Ramírez, mantuvo un engaño parecido durante cuatro legislaturas en el Parlamento de Andalucía. En su ficha se describía como licenciado en Derecho cuando todavía no había obtenido el título.
Ciudadanos
Un nuevo partido como Ciudadanos tampoco está exento de estas mentiras. Su portavoz de Interior y secretario general, Miguel Gutiérrez, utilizó de forma fraudulenta el título de Doctor Ingeniero durante una década, además de la titulación de Ingeniero Superior. Realmente era Ingeniero Topógrafo, es decir, un título que equivale al de Ingeniero Técnico. El partido de Albert Rivera lo exoneró, de la misma forma que hizo con el diputado en la Asamblea de Madrid, César Zafra, quien fue acusado de haber ejercido como abogado sin serlo, se dijo en su momento. Desde el partido aseguran que sí es abogado.
En este caso, de hecho, la formación naranja no consideró que hubiera mentido sobre su profesión. De ser así, y según el propio código ético de Ciudadanos, habría tenido que ser expulsado, tal y como hizo con Gutierrez y con su cabeza de lista por Albacete, Ignacio García Sotos, que no acreditó las titulaciones de su currículo.
Currículos falseados: el mal que afecta a todos los partidos y legislaturas.
Desde ministros a presidentes de comunidades, pasando por diputados: mentir sobre los méritos académicos ha conllevado la dimisión de muchos cargos políticos en España y Europa.
I. V.
MADRID.
Actualizado:
21/03/2018 16:52h.
De ser finalmente cierto, el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, no es ni mucho menos el primero. En el «exclusivo» club de políticos que han falseado su currículo para llegar a lo más alto encontramos a cargos tan importantes como el exdirector de la Guardia Civil, Luis Roldán, o la que fuera vicepresidenta de la Generalitat Joana Ortega, entre otros muchos. Ni el primero era licenciado en Económicas ni la segunda en Psicología.
Uno caso de los más sonados fuera de España fue el de Karl Theodor zu Guttenberg, una de las estrellas indiscutibles del Gobierno de Angela Merkel. El que fuera ministro de Defensa tuvo que dimitir, en 2011, después de que se hiciera público que había copiado algunos pasajes de su tesis doctoral. El trabajo, sobre los sistemas constitucionales de Estados Unidos y la Unión Europea, le valió la mejor nota de la Universidad de Bayreuth en 2007, pero un catedrático de la Universidad de Bremen lo acusó después de haber copiado de otros autores sin citarlos. Según este, incluía hasta 97 líneas idénticas de un artículo del diario suizo «Neue Zürcher Zeitung».
No es el único caso de Alemania. Petra Hinz, diputada del Partido Socialdemócrata (SPD), dejó su cargo hace menos de dos años, después de confesar que se había inventado su currículum académico como jurista. En medio del fuerte revuelo, la veterana política —que llevaba una década como parlamentaria en el Bundestag— hizo públicas sus disculpas y pidió a todos sus compañeros, colaboradores y amigos que «confiaran» en ella. Aunque defendió también su integridad en el cargo político que había desempeñado, reconoció que ni siquiera tenía el título de bachillerato. «La señora Hinz desconoce ahora mismo qué razones la impulsaron en su momento a dar estas informaciones falsas sobre sus certificados académicos», apuntó más tarde su abogado.
A Cifuentes, cuya culpabilidad todavía está por demostrar, se la acusa de haber obtenido un título de máster con notas falsificadas. En concreto, según informa «Eldiario. es», de haber cambiado dos «no presentados» de dos asignaturas supuestamente pendientes de aprobar por dos «notables» mediante la intervención de una funcionaria. En su ayuda han salido el rector y los profesores del centro, que han explicado este miércoles que la presidenta se matriculó en dicho máster en el curso 2011-2012 y que aprobó «todo» en julio de ese año. Sin embargo, las dos calificaciones se quedaron sin nota por un fallo en la transcripción de las mismas al sistema informático. El error se detectó después, cuando al hacer el título se observó que las dos asignaturas aparecían con la nota de «no presentada».
Elena Valenciano
La lista de políticos que han falseado sus currículos alcanza a todos los partidos políticos y a casi todas las legislaturas en España. En 2012, por ejemplo, Elena Valenciano (PSOE) se presentaba en la página web del Parlamento Europeo como «licenciada en Derecho y Ciencias Políticas», dos carreras que jamás ha terminado. La eurodiputada se defendió alegando que dicha información se debía a un fallo en la traducción, puesto que ella tan sólo había declarado que tenía «estudios en Derecho y Ciencias Políticas».
El que fuera candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía en 2015, Juan Manuel Moreno Bonilla (PP), también incluyó en sus biografías del Congreso una licenciatura en Dirección y Administración de Empresas (ADE). En las siguientes actualizaciones sus méritos académicos fueron disminuyendo hasta incluir tan sólo un grado en Protocolo y Organización de Eventos por la Universidad Camilo José Cela. Lo había obtenido tan sólo tres años antes.
El secretario de Estado de la Seguridad Social con el PP, Tomás Burgos, hizo constar en sus fichas del Congreso de los Diputados, durante tres legislaturas (1993-2004), una licenciatura que jamás se había sacado: Medicina. Cuando fue nombrado Secretario de Estado de la Seguridad Social, se rectificó, cambiando la profesión de «médico» por la de expresión de «tiene formación universitaria en Medicina». Su compañero de partido, el expresidente del PP de Málaga, Joaquín Ramírez, mantuvo un engaño parecido durante cuatro legislaturas en el Parlamento de Andalucía. En su ficha se describía como licenciado en Derecho cuando todavía no había obtenido el título.
Ciudadanos
Un nuevo partido como Ciudadanos tampoco está exento de estas mentiras. Su portavoz de Interior y secretario general, Miguel Gutiérrez, utilizó de forma fraudulenta el título de Doctor Ingeniero durante una década, además de la titulación de Ingeniero Superior. Realmente era Ingeniero Topógrafo, es decir, un título que equivale al de Ingeniero Técnico. El partido de Albert Rivera lo exoneró, de la misma forma que hizo con el diputado en la Asamblea de Madrid, César Zafra, quien fue acusado de haber ejercido como abogado sin serlo, se dijo en su momento. Desde el partido aseguran que sí es abogado.
En este caso, de hecho, la formación naranja no consideró que hubiera mentido sobre su profesión. De ser así, y según el propio código ético de Ciudadanos, habría tenido que ser expulsado, tal y como hizo con Gutierrez y con su cabeza de lista por Albacete, Ignacio García Sotos, que no acreditó las titulaciones de su currículo.