Manuel Maldonado.
NO ES PAIS PARA DEMOCRATAS.
Pintan bastos cuando los partidos no son concebidos ya por casi nadie como herramientas para la mejora gradual de la sociedad a través de la competición electoral, sino que se transforman en organizaciones dedicadas a la distribución de recompensas entre sus miembros y la creación de redes clientelares en la sociedad civil. El anhelo de sus dirigentes por seguir en el poder se hace entonces tan fuerte que se normalizan hábitos letales para el buen funcionamiento de la democracia; del uso habitual de la mentira a la colonización partidista de las instituciones pasando por la desviación espuria de la ley - ninguna corrupción es comparable a la amnistia - o la deslegitimacio del rival político. Algo así como España entre dos condenas por corrupción.
NO ES PAIS PARA DEMOCRATAS.
Pintan bastos cuando los partidos no son concebidos ya por casi nadie como herramientas para la mejora gradual de la sociedad a través de la competición electoral, sino que se transforman en organizaciones dedicadas a la distribución de recompensas entre sus miembros y la creación de redes clientelares en la sociedad civil. El anhelo de sus dirigentes por seguir en el poder se hace entonces tan fuerte que se normalizan hábitos letales para el buen funcionamiento de la democracia; del uso habitual de la mentira a la colonización partidista de las instituciones pasando por la desviación espuria de la ley - ninguna corrupción es comparable a la amnistia - o la deslegitimacio del rival político. Algo así como España entre dos condenas por corrupción.
Continuación de lo anterior.
"Desde luego nos lo ganamos a pulso. la democracia española está carcomida por una cultura política faccionalista e iliberal en la que se perdona todo a los nuestros y cualquier falsedad encontrará un factchequerque mire hacia otro lado. De ahí que ni siquiera
la imputación de un Fiscal del Estado suscite el debido consenso sobre la necesidad imperiosa -higienica- de su dimisión, para muchos votantes, de hecho, no hay caso: se cuentan por millones que a Garcia Ortiz se le investiga por " desmentir un bulo". No es así: se le investiga por desvelar los datos personales de un ciudadano. No es ocioso decir que lo hizo con la intención confesa de ganar la batalla por el "relato". del gobierno que lo nombró."
"Desde luego nos lo ganamos a pulso. la democracia española está carcomida por una cultura política faccionalista e iliberal en la que se perdona todo a los nuestros y cualquier falsedad encontrará un factchequerque mire hacia otro lado. De ahí que ni siquiera
la imputación de un Fiscal del Estado suscite el debido consenso sobre la necesidad imperiosa -higienica- de su dimisión, para muchos votantes, de hecho, no hay caso: se cuentan por millones que a Garcia Ortiz se le investiga por " desmentir un bulo". No es así: se le investiga por desvelar los datos personales de un ciudadano. No es ocioso decir que lo hizo con la intención confesa de ganar la batalla por el "relato". del gobierno que lo nombró."