Si Carmen a veces hay que meditar y detener la marcha, nos pasa que creemos que en ciertos momentos no vamos a ninguna parte, ocurre, luego se empieza lentamente con un atajo y tal vez terminemos en un ancho camino asfaltado.
Qué bonitos los membrillos, esos son grandes. Los míos eran muchos pero con la seguía se han quedado pequeños, esperé para cogerlos para ver si crecían un poquito con las lluvias y para los Santos cuando fui los
amigos de lo ajeno ya me los recogieron, ¿Ves que bien? con el
trabajo que da, espero que les haya quedado rico el
dulce.
Un abrazo fuerte