Después del asesinato de su padre Sancho I de
León por parte de cierta nobleza gallega —entre el 15 de noviembre de 966, la data de su último diploma, y el primero expedido por Ramiro III en Sahagún el 19 de diciembre del mismo año— la regencia del reino quedó en manos de dos
mujeres; su tía la infanta y monja Elvira Ramírez que hizo las veces de reina durante la minoría de edad del monarca, 2 y su madre la reina Teresa Ansúrez, que después de enviudar profesó en el monasterio de San Pelayo de Oviedo donde llegó a ser abadesa.
Como rey, ratificó el tratado de paz con el califa Al-Hakam II y nombró lugarteniente suyo a san Rosendo, que derrotó a los vikingos que desembarcaron en
Galicia en 968.