Ramiro II (931-951) fundó en Destriana un Monasterio de
San Miguel, a instancias del obispo de Astorga, san Fortis (920-931), sucesor del eremita de Peñalba, san Genadio. Este monasterio sería panteón de la realeza y sus nobles: el propio san Fortis –que otros dicen reposaba en Santiago de Peñalba-, el rey Ramiro III (966-984) y sus sucesores, así como cortesanos ilustres, hasta el reinado de Vermudo II (986-999), cuando las razzías de Almanzor forzaron el traslado del panteón hasta
Asturias.