IBERIA. Eso que dices es una frase heredada desde la Reconquista por lo menos. Si te das un martillazo en un dedo seguro que no dices: ¡Jesús, Jesús!
Yo tenía un
amigo -para que veas que no todos dicen blasfemias- que tenía la palabra de Dios en la boca y no con buenos deseos. Blasfemaba tanto, que asqueado de lo que decía, en múltiples ocasiones cuando le venía la palabrota a la boca, miraba hacia el cielo y decía: " YA ME ENTIENDES, YA ME ENTIENDES!
Un saludo.