Dios es imbisible y nadie puede atribuirse ese don de Dios.
Nadie puede engañarlo de una forama o de otra.
No existe en el mundo nadie con su poder infinito, èl reparte justicia divina sin tener encuenta su riqueza o pobreza.
Nadie puede engañarlo de una forama o de otra.
No existe en el mundo nadie con su poder infinito, èl reparte justicia divina sin tener encuenta su riqueza o pobreza.