Héctor, en mi opinión; lo que no es admisible es poner a la conciencia humana en el mismo nivel que al Dios de los creyentes de
religiones teístas.
La conciencia es una función cerebral que nos permite conocernos a nosotros mismos y el entorno que nos rodea al propio tiempo que nos ayuda a diferenciar nuestra particular visión del bien y del mal y aunque no tiene forma física, en modo alguno es algo eterno y sobrenatural; se desarrolla con nuestra evolución vital y desaparece con nuestro final
... (ver texto completo)