Dios les reveló, de una vez por todas, la verdad. ¿Qué necesidad tienen de argumentos, pruebas o razones. La Revelación les basta y se vuelcan plenamente en el Libro que incluso algunos aprenden de memoria. ¿Qué podemos decirles?, sólo que una revelación es válida únicamente para quienes creen en ella.
Además ¿a qué revelación se refieren?: ¿la Biblia?, ¿con o sin el Nuevo Testamento?, ¿El Corán?, ¿Las Vedas?, ¿El Avesta?..... Cuántos muertos en nombre de un mismo Libro; cuantas guerras en nombre de un mismo Dios, todo un valioso argumento contra el dogmatismo religioso. Es una prueba suficiente de la ignorancia en la que están todos inmersos.
saludos
Además ¿a qué revelación se refieren?: ¿la Biblia?, ¿con o sin el Nuevo Testamento?, ¿El Corán?, ¿Las Vedas?, ¿El Avesta?..... Cuántos muertos en nombre de un mismo Libro; cuantas guerras en nombre de un mismo Dios, todo un valioso argumento contra el dogmatismo religioso. Es una prueba suficiente de la ignorancia en la que están todos inmersos.
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Muy apreciado Iberia. Tienes razón al afirmar que ‘Dios reveló de una vez por todas la verdad’, aunque entiendo que lo dices con ironía. Sin ironía, yo pienso que Dios ha revelado “muchas veces y de diferentes maneras…” la verdad. (como soy cristiano, admito la Biblia, y ésta, en la Carta a los Hebreos, comienza precisamente con esa frase que yo he entrecomillado. Ese texto se refiere a los Profetas, Patriarcas, etc. Pero también se ha revelado Dios de muchísimas otras maneras, como por ejemplo, en el gran libro de la Naturaleza que muchos (también científicos modernos) han sido capaces de leer para descubrir una inteligencia superior que ha creado y sigue cuidando de su obra. La armonía, la precisión, la belleza… ¿se pueden entender por mera casualidad? No sólo ha creado la belleza, sino el órgano capaz de contemplarla para gozarla. Porque muy bien podía existir la belleza (natural y artificial) y faltarnos el órgano adecuado para admirarla. La serpiente, los perros, los árboles… son vivientes incapaces de gozar de una puesta de sol, de una sinfonía o del rostro humano.
Durante milenos, ese lenguaje profundo de la comunicación de lo trascendente, ha permitido que los humanos sintiéramos la necesidad de comunicarnos con un Ser supremo, aunque haya tantas versiones de ese Ser como culturas, incluso como personas. Nunca podremos tener un conocimiento preciso completo y unívoco de Dios, porque Dios no pertenece al mundo de los objetos materiales. (nosotros, aunque humanos, también participamos de la condición de ‘objetos materiales’ debido al cuerpo, a la materia.).
Ahora, como cristiano, doy un paso más y entro en el terreno de la fe. Para mí, la fe no es vendarse los ojos y decir sí a todo. La fe es razonable, pero no sigue los métodos de la ciencia. Es fe. No es dogmatismo, es un don que nos permite hacer una lectura humana del fenómeno divino. En este sentido, el diálogo entre un creyente y un ateo tiene sus dificultades, pero no es imposible, porque en la ciencia tenemos puntos de contacto, y la ciencia es también aliada de la fe.
Como cristiano, admito que Dios se ha revelado de una vez por todas en Jesucristo. Él es la Palabra perfecta que nos ha enviado Dios. Otros no lo creen así. Un budista, un musulmán, un hinduista tendrán otros conceptos religiosos tan respetables como los míos, pero mi discrepancia no me hace renunciar a mi fe. No podemos decir: Puesto que cada uno ve a Dios de una manera, deduzco que no existe. Este raciocinio cojea como si grupos de ciegos, sordos, mudos… quisieran darnos la explicación de la sinfonía que se interpreta ante ellos. No habría coincidencia de opiniones, pero no por ello deduciríamos que la sinfonía era un invento de los que dicen oírla. Mi obligación es vivir según mi fe y respetar la fe de los demás. Y todos, tener la suficiente capacidad y libertad de presentar con serenidad la fe (incluidos los que creen en la no existencia de Dios) que da sentido a nuestras vidas.
Durante milenos, ese lenguaje profundo de la comunicación de lo trascendente, ha permitido que los humanos sintiéramos la necesidad de comunicarnos con un Ser supremo, aunque haya tantas versiones de ese Ser como culturas, incluso como personas. Nunca podremos tener un conocimiento preciso completo y unívoco de Dios, porque Dios no pertenece al mundo de los objetos materiales. (nosotros, aunque humanos, también participamos de la condición de ‘objetos materiales’ debido al cuerpo, a la materia.).
Ahora, como cristiano, doy un paso más y entro en el terreno de la fe. Para mí, la fe no es vendarse los ojos y decir sí a todo. La fe es razonable, pero no sigue los métodos de la ciencia. Es fe. No es dogmatismo, es un don que nos permite hacer una lectura humana del fenómeno divino. En este sentido, el diálogo entre un creyente y un ateo tiene sus dificultades, pero no es imposible, porque en la ciencia tenemos puntos de contacto, y la ciencia es también aliada de la fe.
Como cristiano, admito que Dios se ha revelado de una vez por todas en Jesucristo. Él es la Palabra perfecta que nos ha enviado Dios. Otros no lo creen así. Un budista, un musulmán, un hinduista tendrán otros conceptos religiosos tan respetables como los míos, pero mi discrepancia no me hace renunciar a mi fe. No podemos decir: Puesto que cada uno ve a Dios de una manera, deduzco que no existe. Este raciocinio cojea como si grupos de ciegos, sordos, mudos… quisieran darnos la explicación de la sinfonía que se interpreta ante ellos. No habría coincidencia de opiniones, pero no por ello deduciríamos que la sinfonía era un invento de los que dicen oírla. Mi obligación es vivir según mi fe y respetar la fe de los demás. Y todos, tener la suficiente capacidad y libertad de presentar con serenidad la fe (incluidos los que creen en la no existencia de Dios) que da sentido a nuestras vidas.
Hola loly3: cuando comento que "Dios reveló de una vez por todas las verdad", no lo hago con ironía, lo que sí aclaro es que "una revelación sólo es válida para quienes creen en ella.
Cuando dices que hay una inteligencia superior creadora, creo que te defines partidario del "diseño inteligente" o "creacionista" que para mí es lo mismo y aquí siempre cabe preguntarse por la "inteligencia" que creó a esa otra "inteligencia superior". Te muestras también antropocéntrico ya que sitúas a todos los animales vivientes en un plano inferior al animal humano cuando ni la tecnología, ni la ciencia ni la historia nos hace superiores a otros animales, solo diferentes, como diferentes son una abeja y un león. Nos permite, eso sí, dominar el medio en el que vivimos con más eficacia que otros animales, de momento.
La fe es ciega a los ojos de la razón y su pérdida no afecta a la moral ni tampoco a la ciencia porque no altera para nada el conocimiento; con la pérdida de la fe las ciencias siguen siendo las mismas, con los mismos límites; los científicos los saben; el hecho de que crean o no en Dios puede modificar la manera en que viven su oficio pero no altera el resultado de sus trabajos ni sus resultados.
Naturalmente que el argumento de que: "Puesto que cada uno ve a Dios de una manera, deduzco que no existe", no es válido para negar la existencia de Dios; yo como ateo tengo argumentos de mayor peso que éste, por ejemplo una razón fuerte para no creer en la existencia de Dios es que carezco de cualquier experiencia de él. Nadie me hará pensar que si Dios existiera, debería hacerse ver o sentir más.
No alcanzo a comprender tu siguiente párrafo: "Y todos, tener la suficiente capacidad y libertad de presentar con serenidad la fe (incluidos los que creen en la no existencia de Dios) que da sentido a nuestras vidas"; espero que me lo aclares, de momento en relación con la frase que entrecomillas en la que me encuentro incluido, tengo que aclararte que el ateísmo no es una creencia, más bien una descreencia.
saludos.
Cuando dices que hay una inteligencia superior creadora, creo que te defines partidario del "diseño inteligente" o "creacionista" que para mí es lo mismo y aquí siempre cabe preguntarse por la "inteligencia" que creó a esa otra "inteligencia superior". Te muestras también antropocéntrico ya que sitúas a todos los animales vivientes en un plano inferior al animal humano cuando ni la tecnología, ni la ciencia ni la historia nos hace superiores a otros animales, solo diferentes, como diferentes son una abeja y un león. Nos permite, eso sí, dominar el medio en el que vivimos con más eficacia que otros animales, de momento.
La fe es ciega a los ojos de la razón y su pérdida no afecta a la moral ni tampoco a la ciencia porque no altera para nada el conocimiento; con la pérdida de la fe las ciencias siguen siendo las mismas, con los mismos límites; los científicos los saben; el hecho de que crean o no en Dios puede modificar la manera en que viven su oficio pero no altera el resultado de sus trabajos ni sus resultados.
Naturalmente que el argumento de que: "Puesto que cada uno ve a Dios de una manera, deduzco que no existe", no es válido para negar la existencia de Dios; yo como ateo tengo argumentos de mayor peso que éste, por ejemplo una razón fuerte para no creer en la existencia de Dios es que carezco de cualquier experiencia de él. Nadie me hará pensar que si Dios existiera, debería hacerse ver o sentir más.
No alcanzo a comprender tu siguiente párrafo: "Y todos, tener la suficiente capacidad y libertad de presentar con serenidad la fe (incluidos los que creen en la no existencia de Dios) que da sentido a nuestras vidas"; espero que me lo aclares, de momento en relación con la frase que entrecomillas en la que me encuentro incluido, tengo que aclararte que el ateísmo no es una creencia, más bien una descreencia.
saludos.
Hola, Iberia. Llevo muchísimo tiempo sin asomarme a estos medios para ver qué se cuece. Me encuentro con una aportación tuya de enero de 2014 respondiendo a una mía del mismo día. Posiblemente una de las últimas que escribí.
No sé si te la respondí, pero al verla ahora me llama la atención tu seguridad con que afirmas que tus argumentos para negar la existencia de Dios son de mucho peso. Seguro, segurísimo, que me dirás que mis argumentos para defender lo contrario no sólo no son de peso, sino que los presento como si fueran definitivos. Si así fuera, tu acusación sería correcta. Soy consciente de que los puntos nuestros no pueden ser coincidentes. Si te digo que la fe es un don de Dios, y que hay que estar abiertos a recibirle, me regalarías una sonrisa equivalente a la mía cuando me argumentas que no has experimentado a Dios. A Dios lo encuentra quien se deja guiar por la gracia de Dios y no tiene ideas tan preconcebidas que no le cabe nada más que su fe en la inexistencia de Dios. Pero este es un supuesto que tampoco tú puedes demostrar. Tu fe está garantizada, aunque la llames descreencia. Yo también soy un descreyente del ateísmo. No me lo puedo creer. La fe en que se basa el descreyente es tan arriesgada como la fe del que se ve rodeado de pruebas de la existencia de Dios.
Efectivamente, yo soy creacionista, no concibo la creación sin un diseño inteligente, lo cual no se contradice con el evolucionismo. Dios creó todo lo que no es Dios, tanto seres materiales como espirituales, una vez creado ya pudo dar la orden de salida al big-bang y a todo lo que haga falta para el universo se desarrolle. El hombre participa de ambas cosas por su condición humana. Y la creación entró en funcionamiento por la intervención de un SER distinto de ella, puesto que todo lo creado es contingente, y no es muy científico pensar que algo pueda ser eterno en su principio ni en su fin, a no ser que un ser que en sí mismo sea el SER POR ESENCIA, no dependiente de nadie. Si admites el big-bang tienes que admitir que ese fue un momento de origen. ¿Quién le puso en funcionamiento, si el big-bang era “el origen”? ¿De dónde apareció, si no había nada? ¿quién encendió la mecha del big-bang? ¿Fue ella por sí misma? Según la ciencia hace falta una fuerza externa para romper la inercia. ¿Era lo suficientemente inteligente para DECIDIR ‘ahora voy a explotar’ y no antes? Yo admito la existencia del espíritu, lo que no admito es que el espíritu sea producto de la materia. La materia puede evolucionar, activar sus potencialidades, etc., pero no puede decidir, proyectar su futuro, no puede pensar, no puede tener un amor verdadero, a no ser que llamemos amor al apareamiento, etc. Pero eso ese aspecto –coincidente con el animal hombre- es esencialmente distinto del hombre espiritual. Repito que el hombre es materia y espíritu, es mineral, vegetal, animal y espíritu. Esto último es lo que le distingue del resto de la creación cósmica.
Para mí no es lo mismo el hombre que el simio, aunque el cuerpo haya seguido procesos de desarrollo similares en algunos aspectos. Si comparas el perro con la sardina, admito que son lo mismo: seres vivientes animales materiales. El hombre-mujer no encuentra parejo en los seres que conocemos. Incluso, defender lo contrario es solo un acto de fe sin base suficiente.
No sé si te la respondí, pero al verla ahora me llama la atención tu seguridad con que afirmas que tus argumentos para negar la existencia de Dios son de mucho peso. Seguro, segurísimo, que me dirás que mis argumentos para defender lo contrario no sólo no son de peso, sino que los presento como si fueran definitivos. Si así fuera, tu acusación sería correcta. Soy consciente de que los puntos nuestros no pueden ser coincidentes. Si te digo que la fe es un don de Dios, y que hay que estar abiertos a recibirle, me regalarías una sonrisa equivalente a la mía cuando me argumentas que no has experimentado a Dios. A Dios lo encuentra quien se deja guiar por la gracia de Dios y no tiene ideas tan preconcebidas que no le cabe nada más que su fe en la inexistencia de Dios. Pero este es un supuesto que tampoco tú puedes demostrar. Tu fe está garantizada, aunque la llames descreencia. Yo también soy un descreyente del ateísmo. No me lo puedo creer. La fe en que se basa el descreyente es tan arriesgada como la fe del que se ve rodeado de pruebas de la existencia de Dios.
Efectivamente, yo soy creacionista, no concibo la creación sin un diseño inteligente, lo cual no se contradice con el evolucionismo. Dios creó todo lo que no es Dios, tanto seres materiales como espirituales, una vez creado ya pudo dar la orden de salida al big-bang y a todo lo que haga falta para el universo se desarrolle. El hombre participa de ambas cosas por su condición humana. Y la creación entró en funcionamiento por la intervención de un SER distinto de ella, puesto que todo lo creado es contingente, y no es muy científico pensar que algo pueda ser eterno en su principio ni en su fin, a no ser que un ser que en sí mismo sea el SER POR ESENCIA, no dependiente de nadie. Si admites el big-bang tienes que admitir que ese fue un momento de origen. ¿Quién le puso en funcionamiento, si el big-bang era “el origen”? ¿De dónde apareció, si no había nada? ¿quién encendió la mecha del big-bang? ¿Fue ella por sí misma? Según la ciencia hace falta una fuerza externa para romper la inercia. ¿Era lo suficientemente inteligente para DECIDIR ‘ahora voy a explotar’ y no antes? Yo admito la existencia del espíritu, lo que no admito es que el espíritu sea producto de la materia. La materia puede evolucionar, activar sus potencialidades, etc., pero no puede decidir, proyectar su futuro, no puede pensar, no puede tener un amor verdadero, a no ser que llamemos amor al apareamiento, etc. Pero eso ese aspecto –coincidente con el animal hombre- es esencialmente distinto del hombre espiritual. Repito que el hombre es materia y espíritu, es mineral, vegetal, animal y espíritu. Esto último es lo que le distingue del resto de la creación cósmica.
Para mí no es lo mismo el hombre que el simio, aunque el cuerpo haya seguido procesos de desarrollo similares en algunos aspectos. Si comparas el perro con la sardina, admito que son lo mismo: seres vivientes animales materiales. El hombre-mujer no encuentra parejo en los seres que conocemos. Incluso, defender lo contrario es solo un acto de fe sin base suficiente.