“La religión es probablemente el cuento chino más grandioso jamás contado. Piensen en esto: la religión realmente ha convencido a la gente de que hay un hombre invisible… que vive en el cielo… que observa cada cosa que hacemos, cada minuto de cada día. Y el hombre invisible tiene una lista de diez cosas especiales que no quiere que hagas. Y si haces alguna de estas diez cosas, tiene un lugar especial lleno de fuego y humo y quemazón y tortura y angustia donde va a enviarte para vivir y sufrir y quemarte y atragantarte y gritar y llorar para siempre hasta el fin de los tiempos… pero te ama.”
George Carlin
saludos
George Carlin
saludos
Hola, Iberia: he tenido ocasión de asomarme de nuevo a estos diálogos, y me parece que no debo dejar pasar esta oportunidad para intervenir.
Me agrada tu sinceridad, tu claridad y tu firmeza. Ya sabes de otras ocasiones que yo soy creyente. Prescindiendo de tus apreciaciones subjetivas de que “la religión es probablemente el cuento chino más grandioso jamás contado", veo que haces una caricatura de religión. Al menos por lo que se refiere a la Iglesia católica. ¿Tú piensas que los católicos admitimos como verdad la existencia de un hombre invisible que flota por el cielo? ¿Y que ese hombre invisible tiene una lista de diez cosas especiales que no quiere que hagas?, O sea, un caprichoso aguafiestas. ¿Y si haces alguna de estas diez cosas, tiene un lugar especial lleno de fuego y humo y quemazón y tortura y angustia donde va a enviarte para vivir y sufrir y quemarte y atragantarte y gritar y llorar para siempre hasta el fin de los tiempos… pero te ama? Yo, que soy católico, no creo en nada de eso, tal como lo expones.
Te diré cuál es mi fe:
Creo en la existencia de Dios que ha dado el ser y la vida a todo lo que existe. Que lo ha hecho sin necesitarlo Él, solo para hacernos partícipes de lo mejor que Él tiene: su vida y su amor en grado infinito. Que ha revelado los diez mandamientos, pero que antes de haberlos revelado ya los había impreso en el corazón humano. Estos diez mandamientos, aunque expresados en forma negativa, de prohibición, para acomodarse mejor a la mentalidad de las gentes, son expresiones claras del amor que nos debemos unos a otros. No matarás = respetarás la vida a tu hermano, que no te pertenece. No mentirás = háblale con franqueza, sinceridad y verdad, no le engañes. Honra a tus padres (no es ninguna prohibición), pero también podría haber dicho: No les disgustes, no les abandones.... No cometerás actos impuros = recuerda que estás hecho para amar; respeta tu capacidad de amor, que no es un juego, respeta tu cuerpo puesto que tu felicidad es más que satisfacciones pasajeras y egoístas que roban tu capacidad de donación a tu esposo/esposa. No desees la mujer de tu prójimo = también los otros están hechos para amar, respétalos, no interfieras en su amor ni lo ofendas.
Como ves, estos mandamientos no son caprichosos. No hago ninguna referencia a los tres primeros mandamientos porque al dirigirme a una persona atea, sé que prescinde de estos supuestos.
Sí hago una breve alusión a la herida del corazón humano por lo cual se siente inclinado a actuar contra esas normas de convivencia y amor. Por eso se explica que haya casos de corrupción. Pero fíjate cómo hasta a los ateos les parece mal que las personas nos roben, etc.
Finalmente, un rápido repaso a lo que es el infierno. En la Biblia se nos habla de su existencia, y en muchas ocasiones se habla del castigo del tormento que Dios da a los malvados.
1. Una realidad que no es de categorías visibles, cósmicas, etc. no puede entenderse sin imágenes tomadas de lo conocido. El fuego es una imagen adecuada del tormento en esta vida, y por eso, en varias ocasiones se le compara con el fuego. Pero hay otras comparaciones: “tinieblas exteriores”, gusano que no muere”, etc. Lo importante es el contenido de lo que se quiere expresar, lo otro son imágenes que nos ayudan a calibrar la gravedad…
En la Biblia que tiene lenguaje para humanos, se habla a veces del castigo de Dios, pero si leemos bien toda la biblia, nos damos cuenta de que quien se castiga es en mismo pecador. Es él quien se fabrica su tormento, que es la ausencia de Dios y, por tanto, la ausencia de la fuente de la felicidad. E la exclusión que uno hace de su participación de la felicidad. Como cuando un hijo mal nacido, para presumir de su poder, o para vengarse de su padre, quema toda la fortuna que iba a recibir en herencia. Él mismo se ha arruinado.
Hasta otra ocasión. Que todo te vaya bien.
Me agrada tu sinceridad, tu claridad y tu firmeza. Ya sabes de otras ocasiones que yo soy creyente. Prescindiendo de tus apreciaciones subjetivas de que “la religión es probablemente el cuento chino más grandioso jamás contado", veo que haces una caricatura de religión. Al menos por lo que se refiere a la Iglesia católica. ¿Tú piensas que los católicos admitimos como verdad la existencia de un hombre invisible que flota por el cielo? ¿Y que ese hombre invisible tiene una lista de diez cosas especiales que no quiere que hagas?, O sea, un caprichoso aguafiestas. ¿Y si haces alguna de estas diez cosas, tiene un lugar especial lleno de fuego y humo y quemazón y tortura y angustia donde va a enviarte para vivir y sufrir y quemarte y atragantarte y gritar y llorar para siempre hasta el fin de los tiempos… pero te ama? Yo, que soy católico, no creo en nada de eso, tal como lo expones.
Te diré cuál es mi fe:
Creo en la existencia de Dios que ha dado el ser y la vida a todo lo que existe. Que lo ha hecho sin necesitarlo Él, solo para hacernos partícipes de lo mejor que Él tiene: su vida y su amor en grado infinito. Que ha revelado los diez mandamientos, pero que antes de haberlos revelado ya los había impreso en el corazón humano. Estos diez mandamientos, aunque expresados en forma negativa, de prohibición, para acomodarse mejor a la mentalidad de las gentes, son expresiones claras del amor que nos debemos unos a otros. No matarás = respetarás la vida a tu hermano, que no te pertenece. No mentirás = háblale con franqueza, sinceridad y verdad, no le engañes. Honra a tus padres (no es ninguna prohibición), pero también podría haber dicho: No les disgustes, no les abandones.... No cometerás actos impuros = recuerda que estás hecho para amar; respeta tu capacidad de amor, que no es un juego, respeta tu cuerpo puesto que tu felicidad es más que satisfacciones pasajeras y egoístas que roban tu capacidad de donación a tu esposo/esposa. No desees la mujer de tu prójimo = también los otros están hechos para amar, respétalos, no interfieras en su amor ni lo ofendas.
Como ves, estos mandamientos no son caprichosos. No hago ninguna referencia a los tres primeros mandamientos porque al dirigirme a una persona atea, sé que prescinde de estos supuestos.
Sí hago una breve alusión a la herida del corazón humano por lo cual se siente inclinado a actuar contra esas normas de convivencia y amor. Por eso se explica que haya casos de corrupción. Pero fíjate cómo hasta a los ateos les parece mal que las personas nos roben, etc.
Finalmente, un rápido repaso a lo que es el infierno. En la Biblia se nos habla de su existencia, y en muchas ocasiones se habla del castigo del tormento que Dios da a los malvados.
1. Una realidad que no es de categorías visibles, cósmicas, etc. no puede entenderse sin imágenes tomadas de lo conocido. El fuego es una imagen adecuada del tormento en esta vida, y por eso, en varias ocasiones se le compara con el fuego. Pero hay otras comparaciones: “tinieblas exteriores”, gusano que no muere”, etc. Lo importante es el contenido de lo que se quiere expresar, lo otro son imágenes que nos ayudan a calibrar la gravedad…
En la Biblia que tiene lenguaje para humanos, se habla a veces del castigo de Dios, pero si leemos bien toda la biblia, nos damos cuenta de que quien se castiga es en mismo pecador. Es él quien se fabrica su tormento, que es la ausencia de Dios y, por tanto, la ausencia de la fuente de la felicidad. E la exclusión que uno hace de su participación de la felicidad. Como cuando un hijo mal nacido, para presumir de su poder, o para vengarse de su padre, quema toda la fortuna que iba a recibir en herencia. Él mismo se ha arruinado.
Hasta otra ocasión. Que todo te vaya bien.