Es más difícil la repoblación de los pueblos que encontrar una aguja en un pajar, bueno, es más fácil encontrar la aguja ahora que ya no hay paja que meter en los pajares. En los pueblos solo quedan cuatro ancianos de 80 años y cuatro jóvenes de 60 años. Los pueblos se mueren. Pueblos con las puertas cerradas en más de uno y de dos. Cientos de casas abandonadas y derrumbadas porque nadie las repara. Por el verano llegan los que marcharon una vez en busca de trabajo para pasar las vacaciones. Un mes en el pueblo de vacaciones y once meses fuera del mismo. ¿Trabajar las fincas? De eso nada. Veamos, si nos remontamos en tiempos de la dictadura, años de penurias y escaseces donde no te quedaba más remedio que trabajar las tierras para poder comer, ahora sería una atrocidad labrar las mismas. ¿Por qué? Muy sencillo: usted que labra la tierra necesita agua para regar las patatas, sembrar, recoger, abonar, llevarlas para casa... ¿Merece la pena? NOOOOOOOOOOOOOOOOO porque por unos euros las compra en el mercado sin necesidad de trabajar la finca. Y con el resto de productos del campo, lo mismo. No Hay solución. Los pueblos se mueren.