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Anormalidad
Residencias públicas de gestión privada. He ahí, unidos en matrimonio, dos significados que no casan
JUAN JOSÉ MILLÁS

Residencias públicas de gestión privada. He ahí, unidos en matrimonio, dos significados que no casan, pero que funcionan para borrar las fronteras mentales entre el bien común y el interés particular, el capitalismo y el afecto, entre la carne y el pescado. Yo, Comunidad Autónoma de Madrid, por poner un ejemplo, saco a concurso a mis ancianos y se los otorgo a la empresa que me ofrezca los mejores precios. “Y los mejores cuidados”, añadiría Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad, a lo que no le respondemos nosotros porque ya se encarga de ello la realidad. Además, debe de andar muy ocupada en la rentabilización política de esta desgracia colectiva. Su máquina de ganar votos para el PP suena como las cajas registradoras de las cafeterías: no para de hacer clinc clinc clinc. Se forra, enhorabuena.

Si lo hemos entendido bien, dirigen estas residencias corporaciones multinacionales cuyas acciones suben o bajan en función de lo que demos de comer a los ancianos y de los minutos de aseo y conversación que les arrebatemos. Cuanto menos tiempo se tarde en sacarlos de la cama y en pasarles la esponja, más beneficios obtendrán los accionistas. Dicho de otro modo, a esos viejos a los que ya se explotó convenientemente durante toda su vida laboral, se les saca ahora una plusvalía miserable proveniente de los champús y de los plátanos y de las caricias que les escatimamos. A los seres humanos siempre se les puede exprimir un poco más, igual que a esas gallinas que convertimos en pastillas para caldo cuando dejan de poner huevos a destajo. Tal anormalidad es la normal, lo viene siendo desde hace muchos años y sucedía frente a los partidos de Gobierno y de la oposición, y frente a nuestros propios ojos. Dios nos asista.

Juan José Millás.

Es muy crudo pero es una realidad que vivimos en España.
¿Què pintan empresas extranjeras con capital social en paraisos fiscales cuidando a nuestros ancianos?

La residencia madrileña que más muertos ha tenido en esta desgracia que nos ha tocado vivir. El año pasado había obtenido un millón largo de beneficios y 3/4 partes del dinero venía dado por la CAM se supone que a través de plazas concertadas.
Un millón de € que sale como beneficio de las arcas del Estado y que no revierte en beneficio español. Y eso solo en una residencia.
Una vergüenza vaya. En primer lugar no se les debía dar ni un € público a las residencias privadas. Se pusieron como último recurso y para evitar esperas muy prolongadas, las ayudas a los ancianos con la ley de dependencia una cantidad considerable de dinero 800€ (casi el dinero que costaría cuidarlo en una pública) para que fuese posible que las residencias privadas siguiesen obteniendo beneficios y cubriesen las necesidades urgentes que no pudiese atender lo público hasta que hubiera plazas, pero esto se ha convertido en una constante. Esto es la norma en vez de la excepción porque no hemos atendido a la necesidad de centros públicos que teníamos.
Lo que debemos saber es que las familias tambièn deben poner el dinero restante. Nos salen carísimas, como todo lo que se hace así, que nadie se engañe, nunca nos sale màs barato a los españoles tirar de lo privado. Nunca, que no nos engañen como a los niños.

A ver si de esta espabilamos y preparamos unos protocolos de actuación y de provisiones tanto materiales como humanos (médicos por ejemplo) para nuestros ancianos tengan los mejores cuidados y nadie y menos multinacionales se beneficie tan descaradamente de nuestros impuestos.

El responsable de las residencias es Pablo Iglesias.

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