22 DE JUNIO DEL 2020.
EN DÍAS COMO ESTOS
Nos llegaban avisando de los brotes tan terribles, que pudieran ir llegando con personas no asumibles. Sin mascarillas bien puestas, ni guardar cierta distancia, vamos viendo ciertos pasos que nunca son elegancia. Vamos pensando en los brotes, de este virus sin corona, que puede cambiar las suertes de muchísimas personas. Vamos pensando con prisas para comprender las zonas, donde no usaron mascarillas y fueron horas simplonas. Los brotes llegan dañando muchas nuevas vacaciones, que se quedaron pensando en las duras sensaciones. Sin guardar las normas buenas, y arrastrando temeridades, los brotes llegan corriendo para dejarnos verdades. Hoy comprendí ciertas normas que no son casualidades, por eso los virus brotan con tantas facilidades. A lamentarse enseguida, que pronto llegan los males, y de nuevo vendrán muertos con sus nombres naturales. Cuando se olvidan las normas, cuando se borran modales, cuando quitamos las comas las normas quedan fatales. Ahora las preguntas vuelan por muchísimos lugares, y se conocen las frases de personas impermeables. Que no nos vengan con cuentos, ni nos hablen de sus males, que no respetan los muertos que tuvieron en sus valles. Cuando se viven mentiras, cuando buscamos refranes, la salud se vuelve tiras y comienzan los desmanes. Que no busquen reflexiones de personas no razonables, si los brotes dejan muertos los virus corren a pares. Nos comentan sufrimientos por las zonas contagiadas, que llegan rompiendo alientos a gentes muy confiadas. El mañana esta presente, vino con la madrugada, y los virus permanentes dejan pasiones mermadas. Hoy no vale ser valiente, los virus rompen jornadas, con el verano caliente comenzó sus andanadas. Siempre buscando razones de tan temida pasada, se rompen las ilusiones sobre las tierras amadas. Cuando existen confusiones entre normas bien marcadas, se notan las conclusiones de nunca querer guardarlas. Hay caminos con rebrotes donde existen espantadas, y el virus deja sus brotes en las tierras hoy pisadas. ROSARIO FAJARDO BLANCO.
EN DÍAS COMO ESTOS
Nos llegaban avisando de los brotes tan terribles, que pudieran ir llegando con personas no asumibles. Sin mascarillas bien puestas, ni guardar cierta distancia, vamos viendo ciertos pasos que nunca son elegancia. Vamos pensando en los brotes, de este virus sin corona, que puede cambiar las suertes de muchísimas personas. Vamos pensando con prisas para comprender las zonas, donde no usaron mascarillas y fueron horas simplonas. Los brotes llegan dañando muchas nuevas vacaciones, que se quedaron pensando en las duras sensaciones. Sin guardar las normas buenas, y arrastrando temeridades, los brotes llegan corriendo para dejarnos verdades. Hoy comprendí ciertas normas que no son casualidades, por eso los virus brotan con tantas facilidades. A lamentarse enseguida, que pronto llegan los males, y de nuevo vendrán muertos con sus nombres naturales. Cuando se olvidan las normas, cuando se borran modales, cuando quitamos las comas las normas quedan fatales. Ahora las preguntas vuelan por muchísimos lugares, y se conocen las frases de personas impermeables. Que no nos vengan con cuentos, ni nos hablen de sus males, que no respetan los muertos que tuvieron en sus valles. Cuando se viven mentiras, cuando buscamos refranes, la salud se vuelve tiras y comienzan los desmanes. Que no busquen reflexiones de personas no razonables, si los brotes dejan muertos los virus corren a pares. Nos comentan sufrimientos por las zonas contagiadas, que llegan rompiendo alientos a gentes muy confiadas. El mañana esta presente, vino con la madrugada, y los virus permanentes dejan pasiones mermadas. Hoy no vale ser valiente, los virus rompen jornadas, con el verano caliente comenzó sus andanadas. Siempre buscando razones de tan temida pasada, se rompen las ilusiones sobre las tierras amadas. Cuando existen confusiones entre normas bien marcadas, se notan las conclusiones de nunca querer guardarlas. Hay caminos con rebrotes donde existen espantadas, y el virus deja sus brotes en las tierras hoy pisadas. ROSARIO FAJARDO BLANCO.