Valoración de expertos
No hay una cepa británica; hay una variante con más preguntas que respuestas
El sistema de vigilancia del Reino Unido ha detectado la expansión de un linaje de coronavirus con 17 mutaciones
El 20 de septiembre se conocían solo dos casos; tres meses más tarde ya había 1.623 infectados diagnosticados
Todavía no se conocen las implicaciones de este fenómeno, pero todo apunta a que las vacunas contra el covid-19 seguirán funcionando
Igual que ocurría en los manuscritos medievales, cada vez que un virus salta de un lugar a otro se produce una copia del mismo. Si en uno de estos saltos se cuela un error, la errata también se acaba transmitiendo copia tras copia. Cuantas más duplicados haya, más probabilidades de que se cometan erratas. Y cuantas más erratas, más riesgo de que el mensaje cambie respecto al original. Este símil sirve de preámbulo para la noticia del día: la expansión de una variante del coronavirus SARS-CoV-2 detectada en Reino Unido ha abierto la caja de los truenos y no está claro qué hay dentro.
Este sábado, día 19 de diciembre, el equipo responsable de vigilar la expansión del coronavirus en Reino Unido publicó un informe alertando de la expansión de un linaje emergente del SARS-CoV-2. Esta variante, conocida como B. 1.1.7, fue detectada por primera vez el 20 de septiembre a partir de dos casos. Tres meses después, alrededor del 15 de diciembre, ya se habían detectado 1.623 casos afectados por este linaje.
El linaje B. 1.1.7 destaca por 17 mutaciones; harían falta al menos 30 para que se considere una cepa nueva
El virus sigue siendo esencialmente el mismo. Pero en la variante B. 1.1.7 se han detectado un total de 17 mutaciones; de las cuales 8 se localizan en la proteína de la espícula (S), la llave que utiliza el virus para abrir la cerradura de las células y desencadenar así una infección. Para que estos cambios se consideren una cepa nueva harían falta como mínimo 30 mutaciones. En el caso de este nuevo linaje, todavía no está claro cómo afectarían las mutaciones al comportamiento del virus. Pero en experimentos en modelos animales se ha observado que al menos una de las mutaciones detectadas (N501Y) se asocia con una mayor infectividad y virulencia. Varios expertos interpelados por EL PERIÓDICO explican qué implica el surgimiento de esta nueva variante.
Muchas preguntas y alguna que otra respuesta
"Ahora mismo hay más incógnitas que certezas", resume la inmunóloga Adelaida Sarukhan, del equipo de ISGlobal. La detección de esta nueva variante, argumenta la experta, plantea al menos tres preguntas. Primero, si aumenta su capacidad de transmisión. Segundo, si aumenta su virulencia. Y tercero, si estas mutaciones afectarán a cómo se construye la inmunidad frente al virus. Tanto de manera natural, como en el caso de las vacunas. "Estas mutaciones, como cualquier otra, suponen un signo de alerta, que no de alarma, que habrá que vigilar muy de cerca", argumenta la experta.
Los primeros análisis sugieren que este linaje es entre un 40 y un 70% más infeccioso, pero no parece que genere infecciones más graves
Volviendo al símil del manuscrito medieval, recordemos que el genoma del SARS-CoV-2 está compuesto de tan solo 30.000 letras. Así que la pregunta que plantea la detección de esta nueva variante es cómo afectan la veintena de erratas halladas sobre el comportamiento del virus. Hoy por hoy, las primeras informaciones apuntan a que este linaje podría ser entre un 40 y un 70% más transmisible. Esto implicaría que el virus podría contagiarse más fácilmente. Aunque, por el momento, no parece que esta variante desencadene una infección más grave.
No hay una cepa británica; hay una variante con más preguntas que respuestas
El sistema de vigilancia del Reino Unido ha detectado la expansión de un linaje de coronavirus con 17 mutaciones
El 20 de septiembre se conocían solo dos casos; tres meses más tarde ya había 1.623 infectados diagnosticados
Todavía no se conocen las implicaciones de este fenómeno, pero todo apunta a que las vacunas contra el covid-19 seguirán funcionando
Igual que ocurría en los manuscritos medievales, cada vez que un virus salta de un lugar a otro se produce una copia del mismo. Si en uno de estos saltos se cuela un error, la errata también se acaba transmitiendo copia tras copia. Cuantas más duplicados haya, más probabilidades de que se cometan erratas. Y cuantas más erratas, más riesgo de que el mensaje cambie respecto al original. Este símil sirve de preámbulo para la noticia del día: la expansión de una variante del coronavirus SARS-CoV-2 detectada en Reino Unido ha abierto la caja de los truenos y no está claro qué hay dentro.
Este sábado, día 19 de diciembre, el equipo responsable de vigilar la expansión del coronavirus en Reino Unido publicó un informe alertando de la expansión de un linaje emergente del SARS-CoV-2. Esta variante, conocida como B. 1.1.7, fue detectada por primera vez el 20 de septiembre a partir de dos casos. Tres meses después, alrededor del 15 de diciembre, ya se habían detectado 1.623 casos afectados por este linaje.
El linaje B. 1.1.7 destaca por 17 mutaciones; harían falta al menos 30 para que se considere una cepa nueva
El virus sigue siendo esencialmente el mismo. Pero en la variante B. 1.1.7 se han detectado un total de 17 mutaciones; de las cuales 8 se localizan en la proteína de la espícula (S), la llave que utiliza el virus para abrir la cerradura de las células y desencadenar así una infección. Para que estos cambios se consideren una cepa nueva harían falta como mínimo 30 mutaciones. En el caso de este nuevo linaje, todavía no está claro cómo afectarían las mutaciones al comportamiento del virus. Pero en experimentos en modelos animales se ha observado que al menos una de las mutaciones detectadas (N501Y) se asocia con una mayor infectividad y virulencia. Varios expertos interpelados por EL PERIÓDICO explican qué implica el surgimiento de esta nueva variante.
Muchas preguntas y alguna que otra respuesta
"Ahora mismo hay más incógnitas que certezas", resume la inmunóloga Adelaida Sarukhan, del equipo de ISGlobal. La detección de esta nueva variante, argumenta la experta, plantea al menos tres preguntas. Primero, si aumenta su capacidad de transmisión. Segundo, si aumenta su virulencia. Y tercero, si estas mutaciones afectarán a cómo se construye la inmunidad frente al virus. Tanto de manera natural, como en el caso de las vacunas. "Estas mutaciones, como cualquier otra, suponen un signo de alerta, que no de alarma, que habrá que vigilar muy de cerca", argumenta la experta.
Los primeros análisis sugieren que este linaje es entre un 40 y un 70% más infeccioso, pero no parece que genere infecciones más graves
Volviendo al símil del manuscrito medieval, recordemos que el genoma del SARS-CoV-2 está compuesto de tan solo 30.000 letras. Así que la pregunta que plantea la detección de esta nueva variante es cómo afectan la veintena de erratas halladas sobre el comportamiento del virus. Hoy por hoy, las primeras informaciones apuntan a que este linaje podría ser entre un 40 y un 70% más transmisible. Esto implicaría que el virus podría contagiarse más fácilmente. Aunque, por el momento, no parece que esta variante desencadene una infección más grave.
El momento está pasando.
En Londres están muy preocupados. Aquí, sin tomar medidas.
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