En estas fechas de la Semana Santa, se me vienen a mi memoria los recuerdos de la infancia. Aquellas sufridas procesiones, donde el sentimiento cristiano, parecía estar por encima del tiempo que vivíamos entonces. No tuvimos la mala suerte de conocer ninguna pandemia, ni tuvimos en nuestra niñez ninguna maldita guerra. Conocimos la posguerra que fue un tiempo difícil, donde el trabajo en la agricultura eran sueldos pequeños, aunque si no faltaba salíamos adelante, Este año es muy raro. Ya que llevamos un año tratando de evitar esta mala epidemia, que no sabemos como terminara, tan solo esperamos que las vacunas frenen estos virus tan dañinos, para que podamos caminar de la mano de nuestros nietos, y poderles abrazar sin ningún miedo. Y poder visitar a las personas más queridas, sin tantas precauciones y temores. Un día hace tiempo en la televisión un biólogo declaro de los peligros de los virus sin control, estoy de acuerdo con sus explicaciones, se esta cumpliendo su pronóstico, aunque en aquella noche parecía escuchar algo de ciencia ficción. Pero la realidad ha superado con creces aquel pronostico de personas entendidas en esa materia. Deseo que podamos sentirnos como antes de la epidemia. Un saludo a mis paisan@s. Rosario Fajardo Blanco. 26 de marzo del 2021.