En España no solo caen bajo el paraguas del aforamiento las figuras más conocidas: jueces y fiscales, ministros, diputados y senadores, vocales del Consejo General del Poder Judicial, magistrados del Tribunal Constitucional y de Cuentas, consejeros de Estado, el Defensor del Pueblo y sus dos adjuntos, miembros de los Gobiernos y Parlamentos autónomos y defensores del pueblo autonómicos. También lo hacen los guardias civiles y los policías nacionales, autonómicos y locales. En total, hay más de 200.000 aforados a tribunales especiales.
El aforamiento no existe en los países de nuestro entorno. El proceso contra el exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi por inducción a la prostitución de menores, por ejemplo, se siguió en un tribunal ordinario de Milán. Lo mismo ocurre ahora en Francia con la instrucción iniciada contra el expresidente Nicolas Sarkozy.
Y digo yo que si hay aforados es porque hay demasiada delincuencia donde no debería haberla. ¿Por qué se reservan las altas instancias este tipo de juicio?
Lo mismito que en Francia
El aforamiento no existe en los países de nuestro entorno. El proceso contra el exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi por inducción a la prostitución de menores, por ejemplo, se siguió en un tribunal ordinario de Milán. Lo mismo ocurre ahora en Francia con la instrucción iniciada contra el expresidente Nicolas Sarkozy.
Y digo yo que si hay aforados es porque hay demasiada delincuencia donde no debería haberla. ¿Por qué se reservan las altas instancias este tipo de juicio?
Lo mismito que en Francia