Internamente hay una energica movilizacion. Cada uno presiente que algo muy grande sucede. Estamos recibiendo un enorme caudal de luz, que llega a traves del Sol, para que brillemos. Es la experiencia terrenal mas fuerte, intensa y transformadora que podemos llegar a vivir si nos animamos a soltar, si aprendemos a aceptar y fluimos con los cambios. De este vibrante modo, la existencia nos invita a abrirnos y Ser, para florecer sintiendo. La Tierra festeja. El amor llama.
En su fuero interno cada uno siente que existe un proposito que escapa a la razon, pero que el corazon si conoce y comprende. No estamos viviendo esta travesia humana por azar. Este es un glorioso tiempo en donde cada uno decidio encarnar para poder aprovechar el potencial luminico que este fin de ciclo cosmico conlleva. Volvernos conscientes de esta oportunidad es toda una bendicion, que expande nuestra percepcion y nos sintoniza con la plenitud del alma.
Hay agitacion porque estamos vivenciando la vigorosa transicion que nos guia hacia un nuevo nivel de comprension, en donde se disipa la ilusion de separacion y volvemos a sentirnos como si fuesemos gotas que se fusionan en un eterno oceano de amor y abundancia. Es en este claro y apasionante despertar que, conscientemente, todos juntos empezamos a alumbrar, pues nos movemos en la ferviente certeza de que al ayudar nos ayudamos y que amando nos amamos.
Estas son instancias bien decisivas. Es ahora cuando mas tenemos que permanecer abiertos, cuando mas tenemos que elevar la vibracion. Se esta desplegando una reluciente revolucion en donde el amor nos llama a servir, en donde el amor nos llama a vivir centrados en la luz de nuestra verdadera esencia. Este nitido llamado es sensible y al mismo tiempo muy poderoso, relumbra en la sublime creacion y abraza, a cada uno, sin hacer distincion de razas o creencias.
Es la hora del cambio. Demonos el permiso de fluir. Reencontremonos. Liberemos la tension, dejemos que nuestro sabio corazon confiada y majestuosamente vuele, pues la energia que ingresa nos anima a iluminar para esparcir el refrescante aroma del nuevo amanecer, donde todos somos invitados a florecer sintiendo. Sumemonos a esta colosal celebracion, la Madre Tierra ya festeja su gran transmutacion en un refulgente portal, desde donde el amor llama.
En su fuero interno cada uno siente que existe un proposito que escapa a la razon, pero que el corazon si conoce y comprende. No estamos viviendo esta travesia humana por azar. Este es un glorioso tiempo en donde cada uno decidio encarnar para poder aprovechar el potencial luminico que este fin de ciclo cosmico conlleva. Volvernos conscientes de esta oportunidad es toda una bendicion, que expande nuestra percepcion y nos sintoniza con la plenitud del alma.
Hay agitacion porque estamos vivenciando la vigorosa transicion que nos guia hacia un nuevo nivel de comprension, en donde se disipa la ilusion de separacion y volvemos a sentirnos como si fuesemos gotas que se fusionan en un eterno oceano de amor y abundancia. Es en este claro y apasionante despertar que, conscientemente, todos juntos empezamos a alumbrar, pues nos movemos en la ferviente certeza de que al ayudar nos ayudamos y que amando nos amamos.
Estas son instancias bien decisivas. Es ahora cuando mas tenemos que permanecer abiertos, cuando mas tenemos que elevar la vibracion. Se esta desplegando una reluciente revolucion en donde el amor nos llama a servir, en donde el amor nos llama a vivir centrados en la luz de nuestra verdadera esencia. Este nitido llamado es sensible y al mismo tiempo muy poderoso, relumbra en la sublime creacion y abraza, a cada uno, sin hacer distincion de razas o creencias.
Es la hora del cambio. Demonos el permiso de fluir. Reencontremonos. Liberemos la tension, dejemos que nuestro sabio corazon confiada y majestuosamente vuele, pues la energia que ingresa nos anima a iluminar para esparcir el refrescante aroma del nuevo amanecer, donde todos somos invitados a florecer sintiendo. Sumemonos a esta colosal celebracion, la Madre Tierra ya festeja su gran transmutacion en un refulgente portal, desde donde el amor llama.