EN ESTOS DÍAS FINALES
Todo ser que en este mundo evoluciona por decisión libre, es acompañado por otros seres que tratan de veras de introducir la desorientación, la duda, sembrar el desánimo y promover la inquietud. Pero, también arrastra consigo la autorrealización que da vida a más valores eternos e impermutables que cada ser lleva grabados en sí desde su creación, tales como el amor, el deseo de ayuda y los sentimientos de la fraternidad y el cariño. En esta época, de prueba al fin, numerosas personas son liberadas de sus ataduras y siembran el miedo en todos: no ven ni distinguen en su mundo de tinieblas. Van al ataque directo del Espíritu, y todo ser sensible, conocedor de sus fuerzas, siente sus ataques. He aquí lo que ahora ocurre: el Mal juega su última baza, pero de nosotros depende que sus ataques tengan éxito. Arraiguemos en nuestro seno el Amor, la Fraternidad, y lo despojaremos de nuestro lado. Apartemos con la voluntad toda idea que vaya en contra del deseo de darse sin límites, sin medida y sin distinción. Nuestros ataques se verifican en un plano invisible, en donde actúan las fuerzas de la fe, el pensamiento, la ilusión, en contraposición con los malos deseos y las ideas cambiadas. Perseveremos, que ya falta poco para llegar y estar. La Luz de la Verdad consciente desecha la oscuridad de las tinieblas, de la inseguridad. Fe, mucha fe, que la alegría pronto llegará, desbordará nuestro ser y se esparcirá por todo nuestro alrededor.
Todo ser que en este mundo evoluciona por decisión libre, es acompañado por otros seres que tratan de veras de introducir la desorientación, la duda, sembrar el desánimo y promover la inquietud. Pero, también arrastra consigo la autorrealización que da vida a más valores eternos e impermutables que cada ser lleva grabados en sí desde su creación, tales como el amor, el deseo de ayuda y los sentimientos de la fraternidad y el cariño. En esta época, de prueba al fin, numerosas personas son liberadas de sus ataduras y siembran el miedo en todos: no ven ni distinguen en su mundo de tinieblas. Van al ataque directo del Espíritu, y todo ser sensible, conocedor de sus fuerzas, siente sus ataques. He aquí lo que ahora ocurre: el Mal juega su última baza, pero de nosotros depende que sus ataques tengan éxito. Arraiguemos en nuestro seno el Amor, la Fraternidad, y lo despojaremos de nuestro lado. Apartemos con la voluntad toda idea que vaya en contra del deseo de darse sin límites, sin medida y sin distinción. Nuestros ataques se verifican en un plano invisible, en donde actúan las fuerzas de la fe, el pensamiento, la ilusión, en contraposición con los malos deseos y las ideas cambiadas. Perseveremos, que ya falta poco para llegar y estar. La Luz de la Verdad consciente desecha la oscuridad de las tinieblas, de la inseguridad. Fe, mucha fe, que la alegría pronto llegará, desbordará nuestro ser y se esparcirá por todo nuestro alrededor.