Os adjunto un escrito, recibido en su día, de los Hermanos del Cielo. Dice así:
“No basta ser apresurado. Es necesario ser ordenado, equilibrado, responsable, para sí y para los otros, armonioso y sobre todo vigilante y atento en no dejarse arrastrar por entusiasmos privados de discernimiento y cargados de efectos negativos. Esto os digo, para que podáis, cada vez más y mejor, adecuaros a ciertos valores que nosotros buscamos vivificar en vuestros espíritus. A menudo prevalecen los pensamientos egoístas que entran en el ámbito de vuestros actos cotidianos, produciendo distonía y por lo tanto desarmonía, desequilibrio operativo. Es necesario hacer trabajar más al Espíritu, volviéndole libre del desorden de la materia, a menudo reacia, pesada y no todavía lo suficientemente educada y sumisa. Os invito a tomar en seria consideración cuanto os digo y esto para que podáis superar ágilmente las dificultades que desarrollan los procesos oscurecidos de ignorancia.
Estad atentos a no dejaros embrollar por el orgullo y por la calidad peculiares de los que tienen la tarea de desorientaros y de tentaros. Manteneos firmes con el Alma intacta para que ninguno de ellos se vuelva fuerte en vuestras debilidades. Nosotros, vuestros Hermanos Mayores, hacemos lo mejor posible para haceros comprender la necesidad de ser cautos, estimulando evidentes valores de contraste y haciendo resaltar claramente los lados positivos de los negativos. Debéis habituaros a esta metodología nuestra, para alcanzar la fuerza necesaria para autorrealizar la completa independencia y la seguridad de proceder, siempre más diligentemente, hacia la definitiva liberación de todo aquello que serán las alas que conducen a la Luz del Superior Conocimiento del Ser Divino. Paz.”
“No basta ser apresurado. Es necesario ser ordenado, equilibrado, responsable, para sí y para los otros, armonioso y sobre todo vigilante y atento en no dejarse arrastrar por entusiasmos privados de discernimiento y cargados de efectos negativos. Esto os digo, para que podáis, cada vez más y mejor, adecuaros a ciertos valores que nosotros buscamos vivificar en vuestros espíritus. A menudo prevalecen los pensamientos egoístas que entran en el ámbito de vuestros actos cotidianos, produciendo distonía y por lo tanto desarmonía, desequilibrio operativo. Es necesario hacer trabajar más al Espíritu, volviéndole libre del desorden de la materia, a menudo reacia, pesada y no todavía lo suficientemente educada y sumisa. Os invito a tomar en seria consideración cuanto os digo y esto para que podáis superar ágilmente las dificultades que desarrollan los procesos oscurecidos de ignorancia.
Estad atentos a no dejaros embrollar por el orgullo y por la calidad peculiares de los que tienen la tarea de desorientaros y de tentaros. Manteneos firmes con el Alma intacta para que ninguno de ellos se vuelva fuerte en vuestras debilidades. Nosotros, vuestros Hermanos Mayores, hacemos lo mejor posible para haceros comprender la necesidad de ser cautos, estimulando evidentes valores de contraste y haciendo resaltar claramente los lados positivos de los negativos. Debéis habituaros a esta metodología nuestra, para alcanzar la fuerza necesaria para autorrealizar la completa independencia y la seguridad de proceder, siempre más diligentemente, hacia la definitiva liberación de todo aquello que serán las alas que conducen a la Luz del Superior Conocimiento del Ser Divino. Paz.”